Empire Statesman: Ascenso y redención de Al Smith

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Título original:

Empire Statesman: The Rise and Redemption of Al Smith

Contenido del libro:

Se dice que Franklin Roosevelt explicó a Al Smith, y su propio New Deal, con estas palabras: "Prácticamente todas las cosas que hemos hecho en el gobierno federal son las que hizo Al Smith como gobernador de Nueva York". Smith, que se presentó a las elecciones presidenciales de 1928, no sólo sirvió de modelo a FDR, sino que enseñó a Estados Unidos que la promesa del país se extiende a todos y que nadie debe quedarse atrás.

La historia de este pionero es la historia de Estados Unidos en el siglo XX. Hijo de inmigrantes de segunda generación, un niño autodidacta en las calles de la ciudad más grande del país, llegó a ser el mejor gobernador de la historia de Nueva York; un líder nacional y un símbolo para los inmigrantes, los católicos y los irlandeses; y en 1928 el primer candidato católico de un partido mayoritario a la presidencia. Fue el hombre que defendió unas condiciones de trabajo seguras tras el incendio del Triangle Shirtwaist.

Ayudó a construir el Empire State Building.

Sobre todo, fue un modelo nacional, tanto para su época como para la nuestra. Sin embargo, como demuestra Robert Slayton en esta rica historia de un hombre extraordinario y de su época, la vida de Al Smith marcó un conflicto aún hoy sin resolver.

¿Quién es un estadounidense legítimo? La pregunta no debería plantearse nunca, y sin embargo parece que nunca podemos dejarla atrás. En los primeros años del siglo XX, el Ku Klux Klan se reorganizó, no para oponerse a los negros, sino más bien contra la avalancha de nuevos inmigrantes llegados del sur de Europa y de otras procedencias menos conocidas. El odio anticatólico iba en aumento, mezclado con fuertes sentimientos sobre la prohibición y las tensiones entre pueblos y ciudades.

El conflicto alcanzó su apogeo cuando Smith se presentó a las elecciones presidenciales. El relato de Slayton sobre las famosas elecciones de 1928, en las que Smith perdió en medio de una ventisca de ciego fanatismo, es una lectura escalofriante para los estadounidenses de todas las creencias. Sin embargo, la redención final de Smith y la recuperación de sus valores más profundos brillan como un triunfo del espíritu sobre la mayor de las adversidades.

Incluso en nuestros tiempos corrosivamente cínicos, la gran visión de la vida de Al Smith nos inspira y nos eleva.