Puntuación:
El libro «Ella», de H. Rider Haggard, ha sido elogiado como un relato de aventuras clásico y convincente, con una narrativa rica y personajes imaginativos. Los lectores aprecian la fuerza de la narración y la complejidad del personaje de Ayesha, aunque se han señalado como inconvenientes el lenguaje arcaico y los problemas de formato. La novela aborda temas de aventura, amor y misterios antiguos, lo que la convierte en una lectura digna de mención a pesar de cierto lenguaje ofensivo propio de su época.
Ventajas:⬤ Sólida narración
⬤ personajes convincentes, especialmente Ayesha
⬤ imaginativas descripciones de aventuras y escenarios
⬤ notable influencia en el género de aventuras
⬤ trama atractiva que mantiene el interés del lector
⬤ temas clásicos y profundidad en las relaciones entre los personajes.
⬤ El lenguaje es arcaico y puede resultar rebuscado
⬤ problemas de formato en las versiones digitales, sobre todo con las lenguas extranjeras
⬤ elementos de sufrimiento humano y representaciones problemáticas que reflejan puntos de vista anticuados
⬤ falta algo de desarrollo de los personajes
⬤ la longitud puede resultar excesiva para los lectores modernos.
(basado en 293 opiniones de lectores)
She
Hay algunos acontecimientos de los que cada circunstancia y cada detalle que los rodea parecen grabados en la memoria de tal manera que no podemos olvidarlos, y lo mismo ocurre con la escena que voy a describir. Aparece tan claramente ante mi mente en este momento como si hubiera sucedido ayer.
Fue en este mismo mes, hace algo más de veinte años, cuando yo, Ludwig Horace Holly, estaba sentado una noche en mis habitaciones de Cambridge, afanándome en algún trabajo matemático, no recuerdo cuál. Dentro de una semana tenía que presentarme a la beca, y mi tutor y mi colegio en general esperaban que me distinguiera. Por fin, cansado, arrojé el libro al suelo y, acercándome a la repisa de la chimenea, cogí una pipa y la llené.
Había una vela encendida en la repisa de la chimenea, y un vaso largo y estrecho al fondo; y cuando estaba encendiendo la pipa, vi mi propio rostro en el vaso, y me detuve a reflexionar. La cerilla encendida se consumió hasta abrasarme los dedos, obligándome a soltarla; pero aun así me quedé mirándome en el cristal y reflexioné.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)