El Tesoro de la Roca Araña: Un misterio tejano sobre el oro español perdido

Título original:

Spider Rock Treasure: A Texas Mystery of Lost Spanish Gold

Contenido del libro:

Escondidas en la implacable tierra del oeste de Texas había pistas: pistas arcaicas grabadas en rocas enterradas, apiladas como artefactos sobre otras pistas o talladas en paredes rocosas. Estas pistas centenarias, colocadas para guiar a los españoles hasta su escondite, acabaron formando una intrincada red que ha atraído a los buscadores de tesoros y los ha atrapado en su misterio.

Pero la pregunta sigue en el aire: ¿Se ha encontrado alguna vez el tesoro de la Roca de la Araña? Steve Wilson comenzó a investigar el tesoro en 1960. La historia que desentrañó es un relato increíble plagado de asesinatos, misterios y aventuras. Wilson no dejó piedra sin remover en su búsqueda de pistas, tejiendo su historia a partir de numerosas entrevistas con testigos presenciales, relatos de los primeros periódicos, cartas, documentos, amplios reconocimientos de los lugares reales y, por último, los crípticos mapas de piedra que habían ido desenterrando los buscadores originales.

La historia involucra a varios pueblos y condados del oeste de Texas; entre ellos Rotan, Aspermont, Haskell, el condado de Fisher, el condado de Stonewall y uno de los hitos más prolíficos de la zona, las Montañas Dobles.

Un tenaz buscador de tesoros fue Dave Arnold, que apareció en 1902 con un intrigante mapa de piel de oveja. Tras meses de búsqueda, desenterró el mapa de piedra llamado la Roca de la Araña, con su tentador diseño en forma de telaraña, números romanos y arábigos y símbolos crípticos.

Cerca de allí encontró charreteras de plata, una espada española, un crucifijo de plata y placas de cobre con extrañas tracerías. En 1905 trasladó su búsqueda a una zona salvaje sesenta millas al sureste, y una vez más desenterró un mapa de piedra bellamente tallado aprisionado en las raíces de un enorme roble. Más tarde, desplazándose sesenta millas al oeste-noroeste, descubrió otro mapa de piedra con los mismos círculos concéntricos y símbolos que aparecían en el primero.

La extraña búsqueda de Dave Arnold se desarrolló durante una década, hasta que desapareció sin dejar rastro en 1914. La búsqueda fue reanudada una década más tarde por uno de los buscadores originales. Después, en los años 30, se encontraron más pistas, como toscos pozos de fundición, pequeñas cruces y estatuillas de plata y pepitas de oro.

Hace tiempo que se creía que los dos primeros mapas de piedra y muchos de los artefactos encontrados cerca de ellos fueron destruidos en un incendio ocurrido en 1909 en la farmacia Terrell Drug Store de Haskell, Texas. Pero la familia Terrell había guardado un secreto durante casi setenta años: que muchos de aquellos antiguos objetos habían sobrevivido.

Con ellos había calcos de mapas, cartas y documentos que describían una búsqueda exhaustiva. El tercer mapa de piedra apareció en Waco, donde se había utilizado como tope de puerta durante más de medio siglo. Los españoles enterraron algo fantástico en el interior del oeste de Texas, donde extraían metales preciosos.

Marcaban esos yacimientos con un ingenioso método que consistía en grabar en piedra símbolos codificados, direcciones, grados y distancias.

A día de hoy, los mapas de piedra siguen sin descifrarse, el antiguo enigma sin resolver y el tesoro sin encontrar, que sepamos.