Sex and the Developing Brain: Second Edition
Los cerebros de machos y hembras, hombres y mujeres, son diferentes, eso es un hecho. Lo que se debate es cuán diferentes y cuán importantes son esas diferencias.
Las diferencias de sexo en el cerebro vienen determinadas por la genética, las hormonas y la experiencia, que en los humanos incluye la cultura, la sociedad y las expectativas de los padres y los compañeros. La importancia de las variables no biológicas en las diferencias de sexo en los humanos es primordial, por lo que resulta difícil, si no imposible, separar las contribuciones que son verdaderamente biológicas. El estudio de los animales nos brinda la oportunidad de comprender la magnitud y el alcance de las diferencias cerebrales basadas en la biología, y la comprensión de los mecanismos celulares nos permite conocer nuevas fuentes de plasticidad cerebral.
Muchas diferencias sexuales se establecen durante una ventana sensible del desarrollo por diferencias en el entorno hormonal de machos y hembras.
El testículo neonatal produce grandes cantidades de testosterona que accede al cerebro y se metaboliza en andrógenos y estrógenos activos que modifican el desarrollo cerebral. Los principales parámetros en los que influyen las hormonas son la neurogénesis, la muerte celular, el fenotipo neuroquímico, el crecimiento axonal y dendrítico y la sinaptogénesis.
La variación de estos parámetros da lugar a diferencias sexuales en el tamaño de determinadas regiones cerebrales, las proyecciones entre regiones cerebrales y el número y tipo de sinapsis dentro de determinadas regiones cerebrales. Los mecanismos celulares son específicos tanto de la región como del punto final e invocan muchos sistemas sorprendentes, como las prostaglandinas, los endocannabinoides y las proteínas de la muerte celular. Las modificaciones epigenéticas del genoma establecen y mantienen las diferencias sexuales en el cerebro y el comportamiento.
Al comprender cuándo, por qué y cómo se establecen las diferencias de sexo en el cerebro, también podremos conocer el origen de los fuertes sesgos de género en el riesgo relativo y la gravedad de numerosas enfermedades neurológicas y trastornos de la salud mental. Los niños tienen muchas más probabilidades de ser diagnosticados de trastornos del espectro autista o de atención e hiperactividad, así como de déficits del habla y el lenguaje, en comparación con las niñas. En cambio, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir trastornos afectivos, como depresión, ansiedad, compulsión y trastornos alimentarios, y más probabilidades de padecer trastornos autoinmunitarios y neurodegenerativos.
La esquizofrenia de inicio precoz es más común en los varones, pero la versión de inicio tardío es notablemente más frecuente en las mujeres. Los trastornos con sesgo masculino tienen su origen en el desarrollo, mientras que los femeninos son casi exclusivamente posteriores a la pubertad.
Este notable cambio en el riesgo de enfermedad exige nuestra atención. La comparación y el contraste de los mismos procesos en diferentes sexos también aportan nuevos conocimientos sobre los orígenes biológicos de las enfermedades.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)