El sembrador de signos de interrogación

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Título original:

The Sower of Question Marks

Contenido del libro:

Este libro nació de una antigua frustración, debida a la constatación de que prevalece un silencio social sobre las cuestiones existenciales, de las que no nos atrevemos a hablar ni siquiera en nuestro mundo tan interconectado. Como si un pudor se hubiera apoderado de nuestros interlocutores, golpeados por una cierta mojigatería metafísica en cuanto la conversación gira en torno a hablar de la vida y la muerte, el sentido de nuestra existencia o los valores fundamentales y su origen divino o humano.

"¿Hay vida después de la muerte? "y "¿Hay vida antes de la muerte? " son preguntas que nunca he oído plantear en el bar del Parlamento o en una sala de espera de las facultades universitarias. Este libro es el resultado de una reacción al déficit de interrogantes esenciales en un momento en que los medios digitales y de otro tipo inundan la sociedad. Este escrito no es un ensayo filosófico, ni un tratado teológico, ni un manual de sociología, ni una novela, ni un poemario.

La verdad es que es todo eso al mismo tiempo.

De ahí que el lector deba hojear las páginas de este libro con cautela y prepararse para encontrarse con paisajes intelectuales divergentes sembrados de muchos signos de interrogación. Además, como voy a tratar a fondo la trascendencia y lo que se oculta tras lo visible y en el corazón del homo sapiens, he tenido que apelar a alegorías, metáforas, imágenes y poesía.

Tres alegorías emergen con más fuerza: la del homo interrogans, la del monje ciego y la del palimpsesto, tres historias simbólicas que intentan desentrañar algunas señales del misterio del ser. La primera se refiere al descubrimiento realizado por una expedición de paleontólogos en África de un esqueleto antropoide que, gracias a la disposición de los huesos, fue enterrado en la prehistoria en forma de un gran signo de interrogación. La segunda alegoría trata de un monje ciego, que conoce el contenido de todos los libros de la biblioteca y es aparentemente un vidente.

La tercera es la historia del descubrimiento de un antiguo pergamino en Jerusalén, un enigmático palimpsesto cuyo desciframiento podría trastornar la comprensión de nuestra condición humana. Además, aparece un tal profesor J. C Mortal que puede considerarse como el gemelo espiritual del autor.

"La vida es un misterio que hay que vivir y no un problema que hay que resolver", nos enseñó el sabio Mahatma Gandhi. Sin embargo, para captar el misterio, es necesario plantearse las preguntas adecuadas.