El seguimiento cristiano

Título original:

Christian Followership

Contenido del libro:

Si algo nos ha enseñado la pandemia de 2020-2021 es que no tenemos el control. ¿Quién podría haber predicho los acontecimientos de 2020-2021? Un virus apoderándose de gran parte del mundo y de nuestras vidas. El mundo se trastornó, cambió y transformó.

2020 fue un año único. Un año de miedo y aislamiento. De traumas físicos y emocionales. De protestas y despidos. De pérdidas de vidas, de empleos y de esperanza.

Covid 19 golpeó al mundo de una manera única. La pandemia desafió al mundo. Ha sido un año de desafíos inusuales para todos nosotros.

Estábamos en nuestros hogares, donde para muchos de nosotros cada día parece más parecido al anterior que diferente.

Algunos en el campo de la salud pública han dicho que ésta es la crisis más importante a la que se ha enfrentado el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.

Es uno de esos raros momentos de la historia en los que todo parece detenerse por un instante. El tiempo se detiene. Sabemos que algún día miraremos atrás y nos preguntaremos: "¿dónde estaba usted cuando estalló la pandemia del Covid-19? "De la misma manera que en el pasado nos preguntamos dónde estábamos el 11 de septiembre, cuando explotó el Challenger o cuando dispararon a JFK. ¿Dónde estaba yo? ¿Qué significa?

La mayoría de las escuelas americanas, y muchas del mundo, cierran en marzo de 2020. Negocios, iglesias, empresas, restaurantes, gimnasios, cerrados a las actividades en persona.

Parecía que el mundo entero se había ido de retiro. Reflexionando sobre sí mismo en relativo aislamiento. ¿Cómo saldrá el mundo de todo esto? ¿Seremos diferentes o iguales?

Incluso cuando empezamos a contemplar un mundo pospandémico, debemos ser humildes y darnos cuenta de que, como no tenemos el control, puede que demos un paso adelante y otro atrás mientras avanzamos hacia el mundo pospandémico. La "normalidad" puede tardar todavía un tiempo.

Esta ha sido una época de grandes tragedias. Muchos de nosotros hemos perdido a alguien, o nosotros mismos hemos estado enfermos, o sentimos los sustos emocionales, espirituales o mentales de este tiempo. Puede que hayamos perdido un trabajo, o que hayamos visto cambiar nuestros planes. Muchos hemos visto terminar prematuramente la escuela o alterarse las ceremonias de graduación. Algunos de nosotros hemos visto morir aparentemente sueños.

Esto ha llevado a un mayor número de nosotros a rezar. Rezamos pidiendo la ayuda de Dios. Por seguridad. Por curación. Por pistas de trabajo. Por nuestra política. Por esperanza. Rezamos a Dios. Sin embargo, sea lo que sea por lo que estemos rezando, esto puede ser para nosotros el trabajo inicial de un concepto llamado discipulado.

La pandemia nos recuerda que nunca tuvimos el control. El discipulado consiste en que aprendamos que no tenemos el control y, por lo tanto, nos sintamos cómodos siguiéndole. Dios tiene el control. Nosotros seguimos a Jesús. Esta comprensión marca la diferencia.

El discipulado es la práctica de estar fuera de control. De reconocer y dar el control a Dios. De seguir, aprender y crecer. De aprender lecciones de recibir la gracia, aceptar lo que no podemos cambiar y poner nuestra esperanza y confianza en algo más seguro, permanente e inquebrantable que las cosas de este mundo.

El trabajo del discipulado puede ser el trabajo de este tiempo. Puede ser lo que nos ayude a salir de la pandemia.

El discipulado significa que nos convertimos en aprendices. Un discípulo es un aprendiz. Discipulado significa aprender a parecerse más a Jesús y a seguirle.

Rezo para que aprendamos a ser sus discípulos.