El Santo Profano: La religión en la música popular negra

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Título original:

The Holy Profane: Religion in Black Popular Music

Contenido del libro:

Ganador del premio ARSC 2004 a la mejor investigación sobre grabaciones de rock, rhythm & blues o soul, The Holy Profane explora la fuerte presencia de la religión en la música secular de artistas afroamericanos del siglo XX tan diversos como Rosetta Tharpe, Sam Cooke, Stevie Wonder, Marvin Gaye, Earth, Wind & Fire y Tupac Shakur. Analizando las letras de las canciones y los contextos históricos que les dieron forma, Teresa L.

Reed examina el vínculo entre la cultura musical y religiosa de África Occidental y el modo en que los afroamericanos transmiten sentimientos religiosos en estilos como el blues, el rhythm and blues, el soul, el funk y el gangsta rap. Analiza el pentecostalismo y la música secular negra, la juglaría y su representación de la religión negra, la iglesia negra, el "paso" del gospel al R&B, las imágenes del predicador negro y la importancia de Dios en el rap de Tupac Shakur. Tradicionalmente, la cultura europea occidental ha establecido divisiones entre lo secular y lo sagrado en la música.

La música litúrgica pertenece a la iglesia, no a la radio pop, y los artistas que fusionan ambas son culpables de sacrilegio. Sin embargo, en la visión occidental del mundo africano, tanto la música como lo divino impregnan todos los aspectos imaginables de la vida, hasta el punto de que conceptos como sagrado y secular eran totalmente ajenos a los esclavos africanos que llegaban a las colonias.

La influencia occidental sobre los afroamericanos acabó provocando una mayor polarización entre estas dos formas musicales, y los músicos negros que crecieron cantando en la iglesia fueron a menudo tachados de "condenados al infierno" una vez que alcanzaron el éxito popular. Sin embargo, incluso estos artistas nunca dejaron atrás del todo su ascendencia musical de África Occidental.

La exploración de Reed de esta tendencia en la música afroamericana conecta el trabajo de los artistas actuales con su ascendencia africana occidental, una tradición que más de doscientos años de influencia occidental no han podido erradicar por completo.