El Reino Unido y la regulación financiera multinivel: De la reforma posterior a la crisis al Brexit

Título original:

The UK and Multi-Level Financial Regulation: From Post-Crisis Reform to Brexit

Contenido del libro:

El Reino Unido y la regulación financiera multinivel examina el papel del Reino Unido en la reforma de la regulación financiera tras la crisis y evalúa las implicaciones de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Se desarrolla un enfoque de economía política nacional para examinar cómo la interacción de tres grupos nacionales -funcionarios electos, reguladores financieros y el sector financiero- configuró las preferencias, la estrategia y la influencia del Reino Unido en las negociaciones internacionales y de la UE sobre regulación.

El marco se aplica a cinco estudios de caso: requisitos de capital y liquidez de los bancos; normas de recuperación y resolución de bancos; reformas estructurales de los bancos; regulación de los fondos de cobertura; y regulación de los derivados extrabursátiles. Concluye con una reflexión sobre el futuro de la regulación financiera británica tras el Brexit. El libro sostiene que los reguladores británicos persiguieron una regulación más estricta cuando contaron con un fuerte apoyo político para resistir a los grupos de presión del sector financiero.

Los reguladores británicos promovieron la armonización internacional de las normas cuando ello protegía la competitividad de la industria o permitía gestionar más eficazmente las externalidades transfronterizas; pero a menudo se mostraron más resistentes a las nuevas normas de la UE cuando éstas amenazaban los intereses del Reino Unido. En consecuencia, el Reino Unido tuvo más éxito a la hora de dar forma a las normas internacionales aprovechando su poder de mercado, su capacidad reguladora y la creación de alianzas (con EE.UU.).

Pero a menudo se encontró con una mayor resistencia política a nivel de la UE, lo que le obligó a recurrir a recursos legales para bloquear la reforma o conseguir exenciones. El libro concluye que la presión política y regulatoria fue fundamental para definir la posición de Brexit "duro" del Reino Unido, por lo que es muy probable que la futura relación entre el Reino Unido y la UE en el ámbito de las finanzas se base en un marco de equivalencia regulatoria.