El porche: Meditaciones al borde de la naturaleza

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Título original:

The Porch: Meditations on the Edge of Nature

Contenido del libro:

Acompáñenos un momento al porche. Así, sin salir de casa, hemos entrado en otro mundo. En este espacio liminal, surge un sinfín de preguntas filosóficas absorbentes: ¿Qué significa estar en un lugar? ¿Cómo nos enseña un lugar sobre el mundo y sobre nosotros mismos? ¿Qué significamos nosotros -y las cosas que hemos construido- en este mundo? En una época en la que las reflexiones sobre la naturaleza de la sociedad y la resistencia individual son tan primordiales (y en la que los porches han cobrado protagonismo como arquitectura socialmente distanciada), el último libro de Charlie Hailey es a la vez un tónico mental y una provocación bienvenida.

Sólidamente fundamentado en ideas, ecología y arquitectura, The Porch nos lleva de viaje por los límites de la naturaleza, donde el exterior entra, los anfitriones se encuentran con los invitados y la imaginación se desboca. Hailey escribe desde un modesto porche a orillas del río Homosassa, en Florida. Duerme allí, estudia las mareas, escucha águilas pescadoras y manatíes, acoge a náufragos, observa las sombras en sus pantallas, recapacita sobre el cambio climático y reflexiona sobre su propia aclimatación al entorno. Las profundas conexiones que desentierra anclan una exploración desde el sillón de los porches del pasado y los del futuro, pasando de la antigua Grecia a la Suecia contemporánea, del tejado de la Casa Blanca al hogar del Antropoceno. En sus cavilaciones, establece vínculos con habitantes de porches del pasado, como la ecologista Rachel Carson, el poeta Wendell Berry, las escritoras Eudora Welty y Zora Neale Hurston, el filósofo John Dewey, el arquitecto Louis Kahn y el fotógrafo Paul Strand.

Por muy cerca que la arquitectura nos acerque a la naturaleza, el porche es el lugar donde podemos aprender a contemplar de nuevo nuestro lugar en un mundo cambiante, un espacio que necesitamos ahora más que nunca. Atemporal y oportuno, el libro de Hailey es una meditación soñadora y profundamente apasionada sobre la alegría y la gravedad de sentarse en el porche.