El pez muerto

Título original:

Dead Fish

Contenido del libro:

Corren los años 20 -una América cambiada pero aún complaciente- y Lorraine Mulderon está enfadada. Está enfadada porque los peces moribundos ensucian las orillas de su pequeña ciudad costera de Connecticut. Está enfadada porque otras aves parecen estar muriendo, posiblemente relacionadas indirectamente con la muerte de los peces. Sigue enfadada por una oleada de muertes de cuervos hace más de una década. Lorraine también está enfadada por las pequeñas molestias locales: señales de stop en las cuatro direcciones, "bandadas" de ciclistas que atascan las carreteras, el agua que se desperdicia en el césped y el consumo excesivo de alcohol. Pero, sobre todo, Lorraine está enfadada por la falta de locura.

Lorraine escribe cartas, se pone en contacto con organismos que ya no emplean a gente, sólo gestionan los mensajes de voz. Escribe comentarios discursivos en blogs y páginas web. Pronuncia discursos. Llama por teléfono a legisladores vagos y corruptos. La ignoran. ¿Qué ha sido de la pasión? ¿Qué ha sido de nuestro país? Y, ahora, ¿qué le ha pasado a Lorraine?

Lorraine desaparece tras una gran marcha de protesta en Nueva York. Su hija, Haley, está desesperada por encontrarla y acaba escribiendo una carta a Lorraine para publicarla, con la esperanza de que su madre la lea y regrese. Tal vez los pájaros favoritos de Lorraine -las arrendajillas azules- puedan llenar estos espacios en blanco.

En realidad, a vista de pájaro se revelan ciertas verdades demasiado difíciles de entender para todos nosotros, humanos inmersos, anclados y egocéntricos. Los arrendajos azules saben que la de Lorraine es una historia sobre el mayor pecado de nuestro país: la normalización de la tragedia.