El pergamino de Kurzeniac

Título original:

The Scroll of Kurzeniac

Contenido del libro:

Kurenets y la cercana Vileika están situadas en un cruce de carreteras y una vía férrea que se adentra en Rusia. Debido a esta importante ubicación en una arteria geográfica notable, la zona ha sufrido muchas invasiones de ejércitos extranjeros.

Según testimonios locales, la comunidad judía de Kurenets comenzó a finales del siglo XVII. Sus fundadores fueron judíos que huyeron de la Inquisición española y escaparon a Europa occidental. Tras la Inquisición española, que obligaba a los judíos a convertirse al catolicismo o morir, los supervivientes huyeron a países vecinos como Francia y Holanda y descubrieron que estaban físicamente más seguros pero seguían sin poder vivir auténticamente como judíos.

Posteriormente, muchos judíos se trasladaron al reino polaco-lituano, ya que los gobernantes les invitaron a emigrar allí. Los gobernantes buscaban una clase media educada que se situara entre los nobles, que poseían la mayor parte de la tierra pero vivían lejos, en las grandes ciudades, y los siervos locales que trabajaban la tierra para ellos.

Resultaba atractivo para los judíos que pudieran ser la mayoría de la población de las pequeñas ciudades recién establecidas en el reino polaco-lituano. Allí podían llevar una vida autónoma, dirigir sus propias comunidades y practicar abiertamente el judaísmo. Además de Kurenets, había muchas otras ciudades pequeñas (shtetls) con una gran población judía en la zona entre Minsk y Vilna (Vilna).

Vileika, situada a 7 kilómetros de Kurenets, fue fundada por el régimen de Catalina la Grande en la década de 1790, aproximadamente un siglo después de la fundación de Kurenets. Según el rumor de los judíos de la zona, Catalina la Grande eligió personalmente el nombre de Vileika.