El pequeño libro negro de los abandonados

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Título original:

The Forsaken Little Black Book

Contenido del libro:

A lo largo de The Forsaken Little Black Book, Standig practica el arte de escuchar atentamente los objetos, los diversos materiales de la vida que se intercambian, se atesoran, se esconden, se dejan atrás, se transmiten. No son meras posesiones, sino portales a lugares, recuerdos, antepasados, historias y a la propia imaginación, pues cada objeto tiene una historia que revelar. Utilizando su aguda memoria sensorial -desde el destello de un pendiente hasta la motilidad de una muñeca- y su franqueza emocional, aderezada con un irónico sentido del humor, Standing convierte sus poemas en actos de tierna conservación, amuletos de supervivencia y contenedores de gran capacidad para un cúmulo de experiencias y sentimientos que merece la pena transmitir.

Jeanne Marie Beaumont, autora de Cartas desde el limbo.

Los poemas de The Forsaken Little Black Book, de Julie Standig, llevan la marca de la fuerza cuando se enfrentan al pasado. Indagan con honestidad pero con ternura en las relaciones familiares de Standig, especialmente la que mantiene con su madre. Las cosas, "las orgullosas posesiones" que hereda, cuentan todas una historia. La "nidada de huevos encerrados en una cúpula de cristal... con falso terciopelo rojo, / pelándose" y su fea muñeca troll llamada Inga Stinkfinger son los recordatorios no tan bonitos del dolor, la ira y la tristeza que se entretejen en la vida de sus antepasados. Lo que emerge de estas narraciones ingeniosas y a menudo humorísticas es un retrato real y cariñoso de sus parientes. De hecho, el poema "Polaroid" los reúne "a todos en una habitación: su amor vendado y preservado".

Wendy Fulton Steginsky, autora de Let This Be Enough.

Objetos, lugares, personas: queridos, tolerados u, ocasionalmente, odiados, reciben democráticamente sus propias historias en The Forsaken Little Black Book, de Julie Standig. Pero, para mí, es la voz de Julie, y las voces que invoca, las que me atrapan y no me sueltan. Esa voz no tiene miedo de ser directa, divertida, irónica, íntima, generosa y, a veces, cabreada. Está en sus primeros y últimos versos, que encarnan el núcleo de cada poema.

"Mi sol, mi padre.

Mi final más infeliz".

Y en los títulos: "Oda a una incisión" y "Demencia, un pantoum".

Pantoum, oda, dúplex, ghazal, sonetos modernos y juegos con la estructura y la forma complementan la voz de Julie. Puede que estés sentado a la mesa de su cocina, ¡¡¡pero qué menú!!!

Estha Weiner, autora de En el último minuto.