
The Little Book on Preparing to Meet God
¡Cuántos de vosotros, a quienes me dirijo ahora, no estáis preparados! Me duele pensar en ello; mientras estaba sentado anoche a eso de las ocho, dándole vueltas en mi mente a un tema para el discurso de esta hora, llamaron a mi puerta, y un padre me rogó encarecidamente que me apresurara a ir al lecho de muerte de su querida niña.
Me faltaba mucho tiempo para prepararme, pero como la querida estaba en tal caso, y había sido durante mucho tiempo una constante oyente de la palabra en este tabernáculo, sentí que era mi deber ir, pudiera o no preparar un sermón. Me alegró oír el testimonio de aquella enferma.
Me dijo con lo que me temo era su último aliento, que no estaba completamente segura de su interés en Cristo, pero no me dejó lugar a dudas cuando, entre espasmos y convulsiones, dijo: «Sé que amo a Jesús; y eso es todo lo que sé.» Sí, y yo pensé que es todo lo que necesito saber; si cualquiera de nosotros sabe siempre que ama al Salvador, ¿qué más requiere de testimonio en cuanto a su estado?
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)