El pequeño camino: Reflexiones sobre la alegría de la pequeñez en el amor infinito de Dios

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Título original:

The Little Way: Reflections on the Joy of Smallness in God's Infinite Love

Contenido del libro:

Queremos amar a Dios con todo nuestro corazón, pero a menudo nos encontramos esforzándonos por agradarle, muy conscientes de nuestras debilidades. A medida que se acumulan nuestros fracasos, nos sentimos frustrados y desanimados.

¿Hemos perdido la esencia del Evangelio? ¿Existe un modo sencillo pero verdadero de servir a Dios que nos llene de alegría y paz en lugar de miedo y desánimo?

Santa Teresa de Lisieux se enfrentó a luchas similares. Siendo una joven que deseaba abandonarse a Dios, se sentía intimidada ante la idea de subir «la empinada escalera de la perfección». Buscó en las Escrituras hasta que descubrió un camino hacia la libertad que llamó su «pequeño camino». Es «el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta». «Es el reconocimiento de que, aunque somos pequeños e imperfectos, tenemos un Dios poderoso que nos tiende la mano con infinito amor, gracia y fuerza para atender todas nuestras necesidades.

Mientras Teresa seguía este nuevo camino, se consideraba una «florecilla» en el jardín de Jesús. Comprendió que era amada por su Padre celestial y encantadora a Sus ojos. Y podía florecer allí donde Él la había plantado, demostrando diariamente Su amor incondicional a los demás con pequeños pero significativos actos de bondad e intercediendo por ellos.

Este hermoso libro destaca las profundas ideas de Santa Teresa sobre la fe y la devoción, al tiempo que captura visualmente, a través de sencillas ilustraciones florales, el tema de la sencillez que impregnó su vida. Al leer fragmentos de la autobiografía, la poesía y las cartas de Santa Teresa -que tratan temas como la «pequeñez», el inmenso amor de Dios por nosotros, nuestra devoción a Dios, el amor a los demás, la oración, la humildad, la entrega, el sacrificio, la confianza y las alegrías del cielo- aprenderás a descansar en los brazos amorosos de tu Padre celestial, permitiendo que tu propia fe crezca y florezca.