The Panjandrum of Toboku: The Mikado Redone for Modern Sensitivies
A lo largo de mi vida, he visto a personas de color acomodadas coleccionar alegremente baratijas antiguas que en tiempos de sus padres y abuelos habrían provocado disturbios raciales. Puedo predecir con valentía que dentro de una o dos generaciones, cuando yo ya no esté para verla, El Mikado será redescubierta y representada alegremente tal y como la concibieron sus autores, con todo el mundo -incluidos los japoneses- preguntándose a qué venía tanto alboroto. Mientras tanto, los que amamos G&S buscamos la manera de salvar la que quizá sea la obra más taquillera de nuestro repertorio (sólo superada por Pinafore).
Reconocemos que puede ser inútil. Es probable que el vínculo con Japón fuera uno de los elementos que hicieron de El Mikado un éxito de taquilla en su día. Y tal vez la conciencia de lo que el espectáculo fue tradicionalmente siga siendo una herida demasiado abierta para que cualquier venda sea suficiente durante una o dos generaciones. Sin embargo, seguimos luchando.
Se trata, pues, de un esfuerzo más por convertir la obra maestra de Gilbert & Sullivan en inofensiva desde el punto de vista racial y étnico. Incapaz de ver cómo el simple cambio de grupo nacional o étnico puede resolver el problema, he intentado convertir la historia abiertamente en la provincia de la fantasía Topsyturvydom de Gilbert que siempre fue bajo su máscara pseudo-japonesa, como lo fueron Pinafore y las otras bajo sus barnices británicos (o, excepcionalmente, venecianos, utópicos y Pfenig Halbpfennigan).
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)