El orfanato Workhouse

Título original:

The Workhouse Orphanage

Contenido del libro:

Clarence McDay era un respetado abogado que trabajaba principalmente en Londres. Su hijo Andrew jugaba y bebía hasta altas horas de la noche y luego dormía hasta cerca del mediodía. Clarence decidió buscarle algo que hacer que estuviera lo suficientemente lejos de cualquier sitio como para hacerle cambiar de aires. Cuando oyó hablar de un puesto de capellán en un orfanato de Devon, a kilómetros de cualquier lugar, pensó que era lo ideal.

Cuando Andrew se despertó, le comunicaron su nuevo puesto. No había término medio. O se iba a Devon o su padre le dejaría sin trabajo.

Andrew cabalgó hacia Devon y estaba enfadado. Por el camino le abordó un salteador de caminos. Andrew lo venció, pero cuando se acercó, vio unos ojos azules detrás de la máscara. Le intrigó y le ordenó que se quitara la máscara. Era una mujer. Una mujer muy guapa de la que Andrew quedó prendado. La liberó y se marchó cabalgando.

Después de su encuentro, su humor cambió, pero al llegar al orfanato, oyó gritar a un niño. Encontró a un hombre corpulento que azotaba a una niña y lo detuvo.

A partir de entonces las cosas cambiaron. No iba a mandar azotar a los niños para hacerlos trabajar, y aun así trabajaban bien. El trabajo había que hacerlo y mientras trabajaran bien, él procuraba darles de comer algo más que un poco de gachas cada día. Despidió a la mujer que cuidaba de los bebés cuando la encontró borracha y supo de una posible sustituta en Exeter y viajó hasta allí para obtener sus servicios. Por el camino se encontró con un hombre de la carretera, pero éste no tenía los ojos azules.

Le salvó su Beth de ojos azules, el salteador de caminos, y la empleó como maestra. Ella fue un éxito instantáneo con los niños, su belleza ayudó allí.

En otro viaje a Exeter, Andrew se cruzó con la carreta del ladrón que iba a detener a alguien. Cuando se enteró de que se trataba de Beth, supo que sólo había un hombre que podría ayudarle, su padre.

No sólo la felicidad de Andrew dependía del resultado, los niños del orfanato probablemente volverían a ser los mismos de antes. Hambrientos y azotados para hacerlos trabajar.