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El libro «Hacked World Order», de Adam Segal, explora la dinámica cambiante de las relaciones internacionales en el contexto del ciberespacio. Examina las implicaciones de la tecnología en los Estados-nación, la ciberseguridad y los retos que plantea la guerra cibernética. El análisis de Segal permite comprender las complejidades de las ciberamenazas modernas y las relaciones entre los diversos actores del ámbito digital.
Ventajas:El libro, bien documentado y que invita a la reflexión, es informativo y accesible para los lectores interesados en la relación entre la tecnología y las relaciones internacionales. Ofrece una visión histórica completa de los principales incidentes de piratería informática y sus repercusiones, al tiempo que establece conexiones perspicaces con cuestiones geopolíticas actuales. Muchos lectores lo consideraron interesante y destacaron su importancia para los profesionales de la seguridad nacional y la ciberseguridad.
Desventajas:Algunos lectores señalaron que el libro puede resultar denso y difícil de leer, sobre todo para quienes no tienen experiencia en la materia. Otros expresaron su deseo de una perspectiva más económica en lugar de centrarse en las narrativas estándar de ciberdefensa. Además, aunque el libro contiene valiosas reflexiones históricas, algunos consideraron que la información estaba algo desfasada debido a su publicación en 2016.
(basado en 22 opiniones de lectores)
The Hacked World Order: How Nations Fight, Trade, Maneuver, and Manipulate in the Digital Age
En esta edición actualizada de El orden mundial hackeado, el experto en ciberseguridad Adam Segal ofrece una visión inigualable del nuevo y opaco conflicto mundial que está transformando la geopolítica.
Durante más de trescientos años, el mundo luchó con conflictos entre estados-nación, que esgrimían la fuerza militar, la presión financiera y la persuasión diplomática para crear el "orden mundial". Pero en 2012 se reveló la implicación de los gobiernos estadounidense e israelí en la Operación "Juegos Olímpicos", una misión destinada a desbaratar el programa nuclear iraní mediante ciberataques; Rusia y China llevaron a cabo operaciones masivas de ciberespionaje; y el mundo se dividió en torno a la gobernanza de Internet. El ciberespacio se convirtió en un campo de batalla.
La guerra cibernética exige que se reelaboren por completo las reglas de enfrentamiento y se reformulen todas las viejas sutilezas de la diplomacia. Muchos de los recursos críticos de la diplomacia están ahora en manos del sector privado, en particular de las grandes empresas tecnológicas. En este nuevo orden mundial, revela Segal, el poder ha sido verdaderamente pirateado.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)