El Ojo del Siglo: Cine, Experiencia, Modernidad

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Título original:

Eye of the Century: Film, Experience, Modernity

Contenido del libro:

¿Es cierto que el cine del siglo XX experimentó con la visión más que ninguna otra forma de arte? ¿Y qué visiones privilegió? En este brillante libro, el aclamado especialista en cine Francesco Casetti sitúa la experiencia cinematográfica dentro de los discursos de la modernidad del siglo XX. Sugiere que el cine definió una mirada única, no sólo porque registró muchos de los acontecimientos más importantes del siglo, sino también porque determinó el modo en que fueron recibidos.

Casetti comienza examinando la naturaleza del cine como medio en una época obsesionada con la inmediatez, la cercanía y la accesibilidad. Analiza los mitos y rituales que el cine construyó en la pantalla y en el teatro y cómo proporcionaron nuevas imágenes y comportamientos que respondían a preocupaciones, ideas y órdenes sociales emergentes. El cine también logró negociar las diferentes necesidades de la modernidad, comparando y uniendo estímulos conflictivos, proporcionando respuestas en un mundo desgarrado por los conflictos y satisfaciendo un deseo de cotidianidad, así como de ligereza, en la vida de las personas. La capacidad de comunicar, el poder de informar y la capacidad de negociar son los tres factores que definen la función y la perspectiva del cine y lo convierten en una forma de arte relevante y vital en su época.

¿Qué tipo de mirada creó el cine? El cine cultivó una mirada personal, íntimamente ligada a la emergencia del punto de vista, pero también capaz de restituir la inmediatez de lo real.

Una mirada compleja, en la que se combinaban realidad e imaginación.

Una mirada penetrante, lograda por la máquina, y sin embargo profundamente antropomórfica.

Una mirada excitada, rica en estímulos perceptivos, pero también atenta a la orientación del espectador.

Y una mirada inmersiva, que daba la impresión de estar dentro del mundo visto, manteniendo al mismo tiempo una sensación de distancia. Cada una de estas miradas combinaba dos cualidades diferentes y las equilibraba. El resultado era una síntesis siempre inventiva que se esforzaba por lograr verdaderos compromisos sin sacrificar nunca la complejidad de la contradicción. Como demuestra Casetti, el cine proponía una visión que, al hacer permeables los opuestos, se modelaba sobre un principio oximorónico. En este sentido, el cine es la clave para leer y comprender la experiencia moderna.