Puntuación:
Los comentarios de los usuarios elogian «Vivir las bienaventuranzas en el mundo real» por su profunda visión de la vida moderna como católico. Se dice que el libro ofrece una visión cercana y esperanzadora de una vida arraigada en los dones del Espíritu, a pesar de los retos y distracciones del mundo secular. La segunda reseña aprecia la capacidad analítica del autor para criticar el capitalismo secular al tiempo que afirma los valores cristianos, revelando una mezcla de sabiduría, inspiración y elocuencia a lo largo del texto.
Ventajas:⬤ Ofrece una visión esperanzadora de vivir una vida santa y feliz en un contexto moderno.
⬤ Contiene reflexiones profundas y cercanas sobre la experiencia humana.
⬤ Fomenta el sentido de comunidad y el debate en grupo.
⬤ Proporciona una fuerte crítica al capitalismo secular al tiempo que afirma los valores cristianos.
⬤ Incluye una escritura elocuente y perspicaz que resuena en múltiples niveles.
⬤ Algunos lectores pueden encontrar menos atractiva la falta de citas pegadizas.
⬤ La lectura puede resultar difícil si no se presta atención a la profundidad y los matices.
⬤ Puede no resultar atractivo para quienes buscan soluciones directas y contemporáneas o simplicidad.
(basado en 2 opiniones de lectores)
The Eightfold Kingdom Within: Essays on the Beatitudes & The Gifts of the Holy Ghost
Este libro es el segundo de la serie Obras Completas de Carol Robinson. Su penetrante y original análisis del mundo moderno muestra el fruto de una mente absorta en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino - su compañero de toda la vida. Esperamos que estos ensayos ayuden a los católicos a comprender la importancia que la Fe tiene para la totalidad de sus vidas, que no debe ocultarse de la plaza pública.
Extracto del prólogo
"El cristianismo, cuando es ortodoxo, es una religión del corazón, pero no del sentimentalismo. El catolicismo, en toda su tradición, ha sido una religión que ilumina la mente para que el espíritu encuentre morada en Dios.
Confusión e incomodidad: ésta es la perspectiva de abrazar el Evangelio en el mundo moderno. Si a esto añadimos la incomprensión o la enemistad de los demás, tenemos una potente fuente de desánimo para vivir hoy una vida católica integral e integrada.
¿Debe ser así?
El Bueno, por supuesto, sigue siendo siempre el mismo en caridad y omnipotencia, por lo que la raíz y la fuente de toda santidad siguen siendo sólidas. La incógnita está, pues, en el corazón de los hombres, para que el cristianismo se ponga en práctica. Siempre habrá algunos - "el mundo"- que se resistirán sistemáticamente a la gracia y a la acción del Todopoderoso. Con nosotros debe ser de otro modo. La fe ha sido dada, la gracia ha echado raíces, y así debe ser el florecimiento de la fidelidad y la santidad. ¿Es ésta la felicidad que buscamos? ...
Las Bienaventuranzas actúan como un desfibrilador para estas condiciones letales, si decidimos escucharlas. Reaniman el alma encendiendo la caridad y el calor en un corazón que se ha enfriado. Y todo el mundo sabe que sin un corazón sano uno acaba muriendo para siempre". - P. James Doran
Extracto de la introducción
"La obra de Carol Jackson Robinson El óctuple reino interior es un notable intento de comunicar el desarrollado pensamiento de Tomás sobre las Bienaventuranzas a un público no académico, y aunque evita cualquier discusión sobre las complejidades del desarrollo doctrinal, temas de indudable interés para los teólogos históricos, no obstante su serie de notables artículos revelan que Robinson fue una lectora cuidadosa y muy perspicaz del Aquinate. A lo largo de sus ensayos, Robinson se centra acertadamente en la tarea de volver a situar las Bienaventuranzas y los Dones que las acompañan en el centro de la vida espiritual cristiana. Tal vez la perspicacia de Robinson sea más evidente en la forma en que capta que para Tomás, y de hecho para gran parte de la tradición cristiana tanto oriental como occidental, el propósito y el objetivo de la vida espiritual es la deificación, a lo que ella se refiere como el proceso continuo de "ser sobrenaturalizado". Además, Robinson subraya que este proceso de conversión, de hacerse progresivamente más deiforme, requiere forzosamente nuestra adopción como hijos terrenales del Padre celestial. A decir verdad, que el proceso no puede proceder en absoluto a menos que, como hijos obedientes, recibamos mansamente la instigación divina del Espíritu, pues sólo así nos estableceremos "firmemente en la familia de Dios, nuestro Padre." - Gregorio Montejo, PhD (Profesor Adjunto de Teología Histórica, Boston College)
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)