El mundo en llamas: Una infancia negra en un culto supremacista blanco del día del juicio final

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Título original:

The World in Flames: A Black Boyhood in a White Supremacist Doomsday Cult

Contenido del libro:

Unas memorias llenas de vida sobre cómo creció con unos padres afroamericanos ciegos en una secta segregada que predicaba el inminente fin del mundo--para fans de El buen pájaro de James McBride.

Es 1970 y Jerry Walker tiene seis años. Su conciencia gira en torno a ser miembro de una iglesia cuyas creencias le resultan no sólo confusas, sino aterradoras. La Iglesia Mundial de Dios de Herbert W. Armstrong, compuesta por una mezcolanza de requisitos y restricciones -incluida la prohibición de médicos y hospitales-, se basaba en el principio de que sus miembros eran elegidos divinamente y todos los demás perecerían pronto en ríos de llamas.

El miedo, la intimidación y las amenazas gobernaban a los miembros. Cualquiera que se atreviera a abandonar la iglesia pasaría penurias durante el resto de esta vida y sufrimientos eternos en la otra. La próxima vida, según Armstrong, llegaría en 1975, tres años después del comienzo de la Gran Tribulación. Jerry tendría once años.

Los padres de Jerry eran especialmente vulnerables a la promesa de alivio de las penurias del mundo. Cuando se unieron a la Iglesia, en 1960, vivían en un apartamento de dos habitaciones en un peligroso complejo de viviendas de Chicago con los cuatro primeros de sus siete hijos y, lo que es más importante, ambos eran ciegos, tras haber perdido la vista en accidentes infantiles. Se consolaron con la creencia de que habían sido elegidos para una vida especial después de la muerte, aunque eso significara seguir una religión de ideología supremacista blanca y enviar obedientemente los diezmos a Armstrong, cuya iglesia contaba con más de 100.000 miembros y más de 80 millones de dólares de ingresos anuales en su apogeo.

Cuando la profecía de la Gran Tribulación de 1972 no se materializa, Jerry se siente considerablemente menos decepcionado que aliviado. Cuando la profecía del fin de los tiempos de 1975 también fracasa, finalmente comienza a cuestionar su fe y a imaginar la posibilidad de elegir un destino propio.