El Monje: Un Romance

Opiniones de los lectores

El monje, de Matthew Lewis, es una novela gótica que explora temas como la hipocresía, la lujuria y la decadencia moral a través del personaje de Ambrosio, un monje aparentemente piadoso que sucumbe a la tentación y a actos nefastos. Ha recibido elogios por su atractiva narración, el rico desarrollo de sus personajes y sus giros inesperados, mientras que algunos lectores encuentran defectos en su ritmo, sus extremos emocionales y ciertos problemas de calidad editorial.

Trama muy fácil de leer y cautivadora, personajes memorables, rico en elementos góticos, incluye giros impactantes y comentarios sociales, elogiado por su cuento moral, bella nueva edición con ilustraciones y una moderna introducción de Stephen King.

Algunos lectores consideraron que el ritmo era lento y pesado, que los extremos emocionales de los personajes podían resultar desagradables, se mencionaron ediciones de mala calidad y se señalaron algunos errores lingüísticos.

(basado en 29 opiniones de lectores)

Título original:

The Monk: A Romance

Contenido del libro:

The Monk: A Romance es una novela gótica de Matthew Gregory Lewis, publicada en 1796. Se trata de un libro escrito con rapidez al principio de la carrera de Lewis (en una carta afirmaba haberlo escrito en diez semanas, pero otra correspondencia sugiere que al menos lo había empezado, o algo parecido, un par de años antes), y se publicó antes de que cumpliera veinte años. Es un excelente ejemplo del gótico masculino especializado en el aspecto del horror. Su trama enrevesada y escandalosa la ha convertido en una de las novelas góticas más importantes de su época, a menudo imitada y adaptada para el teatro y la pantalla.

El mismo mes en que se publicó la segunda edición, Samuel Taylor Coleridge escribió un artículo en The Critical Review, una importante revista literaria de la época, en el que alaba y critica duramente la novela. Reconoce que "no es fruto de un genio común", que la "trama secundaria... está hábil y estrechamente conectada con la historia principal, y está subordinada a su desarrollo", que la historia que Lewis teje sobre la monja sangrante es "verdaderamente terrorífica" y que no puede recordar una "concepción más audaz o más feliz que la de la cruz ardiente en la frente del judío errante". Coleridge dedica sus mayores elogios al personaje de Matilda, que considera "la obra maestra del autor". Es, en efecto, exquisitamente imaginado, e igualmente exquisitamente sostenido. Toda la obra se distingue por la variedad y lo impresionante de sus incidentes, y el autor descubre en todas partes una imaginación rica, poderosa y ferviente. Tales son sus excelencias". Coleridge continúa diciendo que "los errores y defectos son más numerosos, y (sentimos añadir) de mayor importancia". Como "el orden de la naturaleza puede cambiarse siempre que lo exijan los propósitos del autor", no hay sorpresas en la obra.

No se puede espigar la verdad moral porque Ambrosio fue destruido por seres espirituales, y ningún ser terrenal puede oponerse suficientemente al "poder y la astucia de los seres sobrenaturales." Abundan las escenas grotescas y de horror, prueba de "un gusto bajo y vulgar." El carácter de Ambrosio es "imposible... contrario a la naturaleza". Coleridge sostiene que la más "grave falta... que ninguna excelencia literaria puede expiar" es que "nuestro autor se las ha ingeniado para hacer (los cuentos de encantamientos y brujería) 'perniciosos', mezclando, con una irreverente negligencia, todo lo que es más terriblemente cierto en religión con todo lo que es más ridículamente absurdo en superstición", comentando con la inmortal frase de que "el Monje es un romance, que si un padre viera en manos de un hijo o una hija, podría razonablemente palidecer". Coleridge termina el artículo explicando que "el inusual éxito que ha tenido esta obra le indujo a prestarle especial atención" y que "el autor es un hombre de rango y fortuna". Sí, el autor del Monje firma como LEGISLADOR. Nos quedamos mirando y temblando".

Thomas James Mathias siguió el ejemplo de Coleridge en The Pursuits of Literature, un poema de la tradición satírica del siglo XVIII, pero va un paso más allá que Coleridge al afirmar que un pasaje específico hacía que la novela fuera procesable ante la ley. El pasaje, que se encuentra en el capítulo siete del volumen II, trata de una interpretación de la Biblia como demasiado lasciva para que la lean los jóvenes.

Estos dos importantes artículos abrieron el camino a una multitud de otros ataques contra la novela, desde fuentes como el Monthly Review, el Monthly Magazine y el Scots Magazine; el último de ellos atacó la novela seis años después de su publicación. Sin embargo, la tendencia general entre los que criticaban era alabar algún aspecto de la novela. "Parecía", escribe Parreaux, "como si cada reseñador o crítico del libro, por muy hostil que fuera, se sintiera obligado a alabar al menos de boquilla el genio de Lewis". (wikipedia.org)