Título original:
The Mind Doctor: A revealing portrayal of psychopharmacology corruption
Contenido del libro:
Siguiendo la carrera del psiquiatra Maunt Thein, El médico de la mente muestra ejemplos de la corrupción que ha impregnado la psiquiatría y la farmacología en los últimos cincuenta años. Maunt Thein creció en Birmania durante la dictadura de Ne Win (1962-1988).
A los seis años, a causa de un fenómeno cultural -un festival de espíritus-, el niño entró en estado de trance, pero se recuperó bajo la guía de un psiquiatra perspicaz. Fue entonces cuando Thein decidió hacerse psiquiatra. A medida que crecía, Thein se esforzaba por desarrollar su carácter para poder emular a Buda reduciendo el sufrimiento.
Y era consciente de que las personas con enfermedades mentales sufrían más que la mayoría de los demás.
Intentó mantener su idealismo, pero diversas fuerzas parecían destinadas a corromperlo. La principal era el persistente rumor de que su padre, el general de brigada Maunt Saw, asesinaba a cualquiera que conspirara para derrocar a Ne Win.
Otra fuerza corrosiva era la forma viciada en que se enseñaba y practicaba la medicina en Birmania, donde los pacientes solían tener que sobornar a los médicos para recibir tratamiento médico. Por medios tortuosos, Maunt Saw permitió a su hijo eludir los requisitos de acreditación para obtener una codiciada residencia médica en Estados Unidos. Thein consiguió convertirse en psiquiatra en el sur de California.
Cambió su nombre por el de David Thein, pero su nueva imagen no le impidió aceptar sobornos de las empresas farmacéuticas por recetar fármacos de los más caros, los que tenían derechos exclusivos de comercialización mientras aún estaban bajo protección de patente. En las cuatro décadas anteriores, la psiquiatría y la farmacología se habían fusionado gradualmente, de forma no oficial y astuta, en la psicofarmacología. Para maximizar los beneficios, las dos industrias trabajaron juntas para desinformar al público que confiaba en los psicofármacos.
Una de las tácticas más rentables consistía en que la psiquiatría recetara medicamentos no indicados en la etiqueta para tratar trastornos mentales, aumentando así la venta de fármacos que las empresas farmacéuticas ya tenían en sus inventarios. El Dr.
Thein recetó a Barry Vincent el potente anticonvulsivo Gabicon, con resultados desastrosos. Las prósperas empresas farmacéuticas recompensaban generosamente a los psiquiatras por recetar fármacos que beneficiaban económicamente a los fabricantes y no médicamente a los pacientes. Como resultado de su prescripción excesiva de medicamentos, algunos de los pacientes del Dr.
Thein se quitaron la vida o murieron por interacciones medicamentosas.
Como las autoridades médico-legales de California no respondían a las denuncias por negligencia médica, siete de los amigos y familiares de los pacientes fallecidos se unieron para obtener justicia por su cuenta. Al Doctor Mente le esperaba una buena dosis de su propia medicina.
