El impuesto de sucesiones

Título original:

The Death Tax

Contenido del libro:

¿Por qué un millón de colibríes descienden sobre cierto lago de Missouri cada 15 de abril, matando a un habitante más que el año anterior?

El Dr. Kevin Cousey, residente en el lago Tanaka, un hombre con un futuro aparentemente ilimitado, lucha por encontrar un propósito en la vida después de que un bromista le destrozara la mano con un M-80 hace veinte años, lo que le costó su carrera, su familia y casi su vida. Piensa que lo ha encontrado en los letales ataques de colibríes que se producen en el lago cada año, así como un aliado en el editor del periódico de la pequeña ciudad Paul Mahr, la única otra persona que ve un patrón y trata de conectar las piezas del misterio que atormenta al lago. Estas piezas incluyen una estudiante francesa de intercambio de trece años apasionada por los colibríes, el buzo de la Marina convertido en millonario corporativo con un misterioso pasado con el que se alojaba en el momento de su desaparición, y el santo patrón de los pájaros.

El impuesto de sucesiones es un cruce entre Los pájaros de Hitchcock (con un propósito, nada menos), Lolita de Nabokov en su encarnación más oscura y un misterio de asesinato, abordando por el camino temas tan espinosos como la pedofilia, la apatía/intolerancia social y la hipocresía religiosa. Asimismo, es una celebración de la naturaleza, desde su asunción del manto de venganza allí donde el hombre ha fracasado hasta todos los sutiles matices de luz y atmósfera que se producen en el agua y en el cielo entre las glorias gemelas del amanecer y el atardecer: nada menos que una oda a las cariñosas descripciones de Steinbeck del valle de Salinas. The Death Tax es a la vez desagradable, inquebrantable, inverosímil y hermosa.

Del mismo modo que Psicosis, de Hitchcock, cambió para siempre el concepto que la gente tiene de las duchas y Deliverance, de Dickey, cambió para siempre el concepto que la gente tiene de las canoas, El impuesto de sucesiones cambiará para siempre el concepto que la gente tiene de los colibríes.

Tras cuatro años como misionero cristiano laico en Ghana y más de siete como profesor de inglés en Tailandia, S. A. Hogan lleva mucho tiempo tratando de consolidar sus tres amores: la creatividad, los viajes y el humanitarismo. Su objetivo a largo plazo es utilizar los beneficios de sus obras literarias para ayudar a los ghaneses discapacitados de forma significativa, especialmente en el ámbito de los préstamos sin intereses para la creación de empresas y la tutoría empresarial.