El grito de Raquel

Título original:

Rachel's Cry

Contenido del libro:

La teología moderna necesita redescubrir la categoría de consolación. Este libro es rico en consolaciones porque se toma en serio el grito del lamento.

--Jurgen Moltmann Un libro oportuno, accesible y valioso. La recuperación de las tradiciones bíblicas de la pérdida y el dolor es algo que intrínsecamente merece la pena hacer, más aún en una sociedad cada vez más desestructurada. --Walter Brueggemann, Seminario Teológico de Columbia, Emérito Esta colaboración interdisciplinar es...

un testimonio conmovedor y convincente del poder personal y comunitario del lamento y de su importancia para la práctica del ministerio.

Este libro es el que estaba esperando. --Christie Cozad Neuger, Brite Divinity School Pocos libros en la literatura del lamento han reunido tanto material de las esferas bíblica, teológica y pastoral como El llanto de Raquel.

--Patrick D. Miller, Seminario Teológico de Princeton La sinceridad con Dios es la puerta a la esperanza y la fe auténticas.... Este es uno de los libros más liberadores que he leído en mucho tiempo.

--James Newton Poling, Garrett-Evangelical Theological Seminary Este es el primer libro que reúne discusiones dispersas en un todo coherente... con profunda perspicacia y convicción cristianas, con ejemplos vívidos, y con un aprendizaje que es tan elegantemente comunicado como amplio y profundo en su sustancia. Lo tendré siempre a mano para volver a él con frecuencia.

--Nicholas Wolterstorff, Universidad de Yale El grito de Raquel no sólo es un libro oportuno, sino un recurso urgentemente necesario para las personas que anhelan una manera de vivir con el sufrimiento irracional. A menos que recuperemos la oración de lamento, corremos el peligro de quedar atrapados en la impotencia, el cinismo y la desesperación.

--Herbert Anderson, Unión Teológica Católica, Emérito Me resultó difícil dejar de leer este libro. El grito de Raquel argumenta convincentemente que una espiritualidad auténtica y empoderadora requiere el lenguaje del lamento y la protesta junto con la alabanza y la acción de gracias. --Nancy J.

Ramsay, Seminario Teológico Presbiteriano de Louisville.