El golpe de Wonga: Armas, matones y una determinación despiadada para sembrar el caos en un rincón de África rico en petróleo

Título original:

The Wonga Coup: Guns, Thugs, and a Ruthless Determination to Create Mayhem in an Oil-Rich Corner of Africa

Contenido del libro:

Guinea Ecuatorial es un país diminuto del tamaño aproximado del estado de Maryland. Húmedo, cubierto de selva y plagado de enfermedades desagradables, los nativos lo llaman la Isla del Diablo.

Su presidente en 2004, Obiang Nguema, había sido acusado de canibalismo, creencia en la brujería, asesinatos en masa, corrupción multimillonaria y, en general, de gobernar mediante el terror. Con tan poco que recomendar, ¿por qué en marzo de 2004 Guinea Ecuatorial fue el objetivo de un grupo de salados mercenarios británicos, sudafricanos y zimbabuenses, que viajaban en un avión de la ex Guardia Nacional matriculado en Estados Unidos y adaptado especialmente para fines militares, que originalmente fue pilotado en África por pilotos estadounidenses? El verdadero motivo se encontraba en las profundidades del fondo del océano: el petróleo. En Los perros de la guerra, Frederick Forsyth describió con eficacia un intento de los mercenarios de derrocar al gobierno de Guinea Ecuatorial, en 1972.

Y la cadena de acontecimientos que rodearon la noche del 7 de marzo de 2004 es un raro caso en el que la vida imita al arte -o, al menos, la vida imita a un thriller de los años setenta- con un detalle casi asombroso. Con un elenco de personajes digno de un remake de Gansos Salvajes y una trama tan laberíntica como inverosímil, El Golpe Wonga es una historia de venalidad, vanidad desmedida y codicia cuyo ejemplo habla de los problemas de todo el continente africano.