El fin de la civilización occidental: El viaje intelectual de la humanidad a la edad adulta

Título original:

The end of the Western Civilization?: The Intellectual Journey of Humanity to Adulthood

Contenido del libro:

Las civilizaciones pueden percibirse como seres humanos vivos que nacen, maduran, envejecen y, en última instancia, mueren y desaparecen, transmitiendo su legado a las generaciones futuras. Estas transiciones pueden proyectarse a las distintas etapas del desarrollo cognitivo de los niños.

La civilización occidental, que encarna nuestro actual estado de avance cultural desde la época griega clásica hasta el periodo moderno, puede ser paralela a las transiciones graduales de los seres humanos hacia la edad adulta. Desde esta perspectiva, la época de la Grecia antigua se asemeja a los años de la infancia de la humanidad en los que se plantean las primeras preguntas del tipo "por qué". El periodo teocrático que siguió hasta el Renacimiento puede considerarse como nuestra infancia, cuando las personas vivían sus vidas bajo los estrictos límites establecidos por las autoridades religiosas.

El periodo que abarca desde la Ilustración hasta casi finales del siglo XX puede considerarse como nuestra adolescencia, cuando la gente redescubre su pasado, se libera de la superstición y marca el camino a seguir basándose en la razón de una manera en la que la distinción entre lo plausible y lo factible es vaga. Dentro de este esquema, el posmodernismo también encuentra su lugar en nuestra adolescencia.

Las últimas décadas, desde esta perspectiva, significan nuestra entrada en la edad adulta, en la que las grandes cuestiones se consideran respondidas, o al menos resueltas, y el único camino hacia delante que se percibe como factible es el que ya se sigue, un estado que nos está acercando a nuestro envejecimiento intelectual y a su inevitable muerte. Algunos signos de patologías relacionadas con el envejecimiento ya se manifiestan en la sociedad actual, intensiva en tecnología.

Si identificamos nuestra edad intelectual y apreciamos nuestro estado de salud, podremos retrasar de forma proactiva o incluso evitar nuestro envejecimiento intelectual y nuestra muerte.