Dr. Death M.D.
La pregunta que se plantea a menudo cuando nos enfrentamos a actos de violencia sin sentido como éstos es: ¿qué lleva a los profesionales de la medicina a matar a personas a las que tienen el deber fiduciario de proteger? ¿Existen factores comunes que les predispongan al asesinato? Cuando la relación de confianza implícita entre médicos y enfermeras y los pacientes a los que cuidan se explota para su propio y perverso beneficio desviado, ¿qué podemos hacer? La traición de aquellos en quienes creemos socava el núcleo fundamental de nuestra sociedad, debilitando las costumbres y los valores sociales de tal manera que puede resultar irreparable.
No basta con sentarse a esperar a que ocurra otra tragedia. Debemos esforzarnos como sociedad por detener la violencia antes de que se produzca, aplicando controles de antecedentes más estrictos y animando a los centros a realizar pruebas psicológicas a todos los empleados.
Mientras tanto, los médicos y enfermeras que matan siguen vivos incluso después de haber sido encarcelados o ejecutados, a veces a través de la explotación de sus crímenes por parte de los medios de comunicación, pero lo que es más importante, en la memoria de las víctimas que quedan atrás.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)