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The Devil Cruises Pacific Coast Highway
A lo largo de The Devil Cruises Pacific Coast Highway, emerge una distancia interesante y atractiva, porque la poeta insiste en no rendirse a gestos estrictamente personales, encontrando en cambio la manera de incluirnos a todos en el drama de estos poemas. Katherine Williams se siente igualmente cómoda y domina las formas métricas estrictas -sus Sonetos ingleses se encuentran entre los mejores de estos poemas-, así como el verso libre modulado jazzísticamente que avanza por la página como un canto, y los poemas experimentales que desafían al poeta y al lector a unir la forma y el contenido de la manera más íntima, como se supone que deben ser. Entretejido en el tapiz de estos poemas hay un brillante hilo de ironía, que ilustra el modo en que la poeta nunca se toma a sí misma demasiado en serio, y un humor que llega en forma de dura lección. A lo largo de esta colección hay tal riqueza de dicción, que es como si la poeta estuviera enamorada y celebrara los múltiples oficios del lenguaje en cada poema. Sorprendentes figuras retóricas aparecen y desaparecen con la práctica facilidad de un maestro.
-Bruce Weigl, Canción de napalm.
El Diablo de este libro recorre la autopista de la costa del Pacífico, pero viaja lejos de ella en persona y en sueños. ¿Es el poeta el Diablo? Bueno, Katherine Williams sugiere que es posible: "surfeamos en nuestros sueños hasta volcarnos/en la edad adulta". Sus poemas hablan de arena, cielo, montañas, estrellas, amapolas y olas. Pero, sobre todo, hablan de lo salvaje y de la búsqueda exótica de la libertad y la alegría. Es un libro fascinante y hermoso. Léalo y saboree estos versos memorables: "Yo era una niña. No soy una niña. No sé lo que soy. /Camino hacia el río. La canción, el libro, la luz".
-Susan Terris, Tiempo familiar.
La belleza de este libro es que sólo Katherine Williams podría haberlo escrito. Su imagen global es poderosa: en el surf, como en la poesía, no vale ir sobre seguro. Esta poeta prueba todo tipo de cosas: desde el lenguaje callejero a la ciencia, pasando por el lirismo, el verso salvaje, el verso libre o las formas. Nada de eso importaría si no fuera tan buena con las palabras. Uno de mis versos favoritos cierra "San Quintn Harbor: "Las piedras tranquilas brillan como mangos al sol". "Tres preguntas" es uno de los poemas más vivos sobre la muerte que he visto nunca.
-Lola Haskins, Líneas de deseo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)