The Descent of Celia
La protagonista, Celia, mostró un comportamiento aberrante desde una edad temprana, matando a un polluelo porque no se callaba antes de cumplir los dos años. Más tarde mató, quizá accidentalmente, a su hermanita por la misma razón. En ambos casos, mostró una inquietante e inocente falta de comprensión.
Celosa y resentida, se sentía desconectada cuando se sentía desplazada por un nuevo bebé. Años más tarde, cuando un hermano mayor enfermó, se sintió celosa y resentida. No le gustaba la atención que él recibía. Al ver a sus padres cuidando del hermano, les espetó: "¿Por qué os molestáis? Se va a morir, quizá mañana mismo". No mostró ninguna emoción cuando murió el hermano. Su principal preocupación en el funeral fue estar sentada en la segunda fila y no ser sincera con sus padres. Se sentía desplazada por su hermana mayor y por otra hermana menor nacida después de que el otro bebé "muriera".
Algunos miembros de la familia se dieron cuenta de que algo no iba bien, pero no podían creerlo y aceptaron, excusaron y toleraron el comportamiento, permitiendo que continuara. No recibió ayuda a tiempo para detener su espiral. Entonces pareció ser demasiado tarde.
Como nadie la detuvo, siguió abusando de muchos miembros de su familia. A su MARIDO lo maltrató, amenazó y manipuló desde el nacimiento de su primer hijo. Su MADRE sufrió un derrame cerebral, quizá debido a su comportamiento. Maltrató y descuidó a su indefensa madre.
Sus HERMANOS hablaban tranquilamente cuando estaban cerca de ella, pero nunca la desafiaban. Con el tiempo, se alejaron por miedo a sus ataques de ira.
A sus HIJOS los controlaba, los manipulaba y los amenazaba constantemente con lo que les haría si se metían con ella o la criticaban. Al final también se alejaron.
Gobernando con miedo de su comportamiento era como ella funcionaba.
Cayó en la oscuridad del comportamiento bipolar, esquizofrénico paranoide y psicótico, junto con episodios de depresión extrema y tendencias suicidas. Acabó siendo un peligro para sí misma y para los demás. Disparaba al techo cuando la casa crujía, a los autobuses escolares llenos de niños ruidosos y a los vecinos que se reían en sus propios patios. Incluso el sheriff del pueblo era reacio a acercarse a ella.
Finalmente, tuvo que ser internada.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)