The Demon Who Prays
Me acusaron de iniciar esta pandemia, una enfermedad sin cura. Me enamoré de la oferta del diablo de hacerme bella.
A cambio, le ofrecí siete almas, un pacto para el que no estaba del todo preparada, porque la séptima alma es a la que amo de verdad, Miguel. Rompí el trato, y al diablo no le hizo ninguna gracia.
Y entonces, empezó a recoger las almas él mismo, propagando la enfermedad que empezó en el pueblo de Santa Filomena, un virus carnívoro que daba a sus víctimas una visión del infierno a través de un dolor insoportable. Si uno cede, el diablo se asegura el alma.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)