Puntuación:
El libro «Christianity Made Me Talk Like an Idiot» (El cristianismo me hizo hablar como un idiota), de Seth Andrews, ofrece un examen humorístico y crítico del cristianismo, centrándose especialmente en los absurdos y defectos de sus doctrinas y prácticas. El autor comparte reflexiones y puntos de vista personales a partir de su experiencia como ex cristiano, y ofrece una crítica desenfadada pero sugerente de la cultura cristiana. Aunque el estilo de escritura es atractivo y accesible, el libro no pretende ser un análisis teológico profundo.
Ventajas:⬤ Un estilo de escritura ingenioso y entretenido que mantiene enganchado al lector.
⬤ Proporciona una visión humorística de los absurdos de las creencias cristianas.
⬤ Críticas reflexivas que resuenan con aquellos que cuestionan el dogma cristiano.
⬤ Accesible a una amplia audiencia, incluyendo a aquellos con un trasfondo cristiano que están considerando abandonar la fe.
⬤ Anima a los lectores a reflexionar críticamente sobre sus propias creencias sin insultar a quienes aún las mantienen.
⬤ Algunos lectores opinan que el libro simplifica en exceso temas complejos y no profundiza lo suficiente en la teología cristiana.
⬤ La versión Kindle carece de enlaces a materiales de referencia, que podrían mejorar la comprensión.
⬤ Puede no ser adecuado para creyentes acérrimos, ya que cuestiona aspectos fundamentales del cristianismo.
⬤ Ciertas críticas pueden parecer exageradas o faltas de matices.
(basado en 54 opiniones de lectores)
Christianity Made Me Talk Like an Idiot
Seth Andrews no fue un idiota durante sus treinta años como cristiano evangélico.
No era poco inteligente, ni su coeficiente intelectual cambió cuando finalmente abandonó por completo la religión. Se consideraba reflexivo, moral, razonable y al menos tan inteligente como la persona media.
En otras palabras, no era idiota. Sin embargo, extrañamente, a menudo sonaba como tal. En cualquier otro contexto, los cristianos probablemente se reirían, se burlarían o retrocederían ante muchas de sus creencias y prácticas "normales": crucifixiones de Pascua recreadas, comer la "carne" de la comunión mensual, cantar himnos sobre ser lavados en sangre y abrazar una Biblia que contiene versículos de las Escrituras sobre hemorroides de oro, dragones del Apocalipsis y sacrificios humanos...
Entonces, ¿qué ocurre? ¿Se aceptan estas nociones sólo porque resultan familiares? ¿Tienen algún sentido? ¿Y hacen que personas por lo demás razonables parezcan idiotas? Seth Andrews admite que, para sí mismo, la respuesta es un sí rotundo. ¿Para los demás? Lea el libro y decida.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)