El cedro blanco del norte: El árbol de la vida

Título original:

Northern White-Cedar: The Tree of Life

Contenido del libro:

Si los árboles tuvieran personalidad, el cedro blanco del norte sería introvertido. Es discreto, de pequeña estatura y copa estrecha.

Es paciente y crece lentamente bajo las copas de los árboles más grandes. Es frágil, con una madera débil propensa a pudrirse en vida. Pero al igual que las personas tienen profundidades ocultas, el cedro blanco del norte también las tiene.

Es persistente y crece con rapidez para aprovechar los huecos en las copas cuando se producen.

Es tenaz, vive durante siglos e incluso milenios. Es resistente, ya que prospera incluso con una elevada proporción de madera podrida, e ingenioso, ya que encuentra lugares donde otros árboles no prosperan.

Se reinventa constantemente con ramas que echan raíces cuando descansan en el suelo húmedo. Y la gente lo valora desde hace mucho tiempo. Los nativos americanos utilizaban su madera, ligera y resistente a la putrefacción, para fabricar sacos tejidos, revestimientos de suelos, astiles de flecha y costillas de canoa.

Extraían medicinas de las hojas y la corteza para tratar diversas enfermedades. Se atribuye a una decocción haudenosaunee de cedro blanco del norte el haber salvado del escorbuto a la tripulación del explorador francés Jacques Cartier, que lo apodó l'arbre de vie: el árbol de la vida. Este árbol también da vida a muchas criaturas en los bosques norteamericanos, al tiempo que proporciona postes para vallas, casas de madera y tejas a las personas.

Pero el futuro del cedro blanco del norte es incierto. Los científicos Gerald L.

Storm y Laura S. Kenefic describe las amenazas que se ciernen sobre este modesto pero esencial miembro de su ecosistema y nos pide a todos que nos unamos para ayudarle a prosperar.