The Case Against Paramilitary Policing
A finales de la década de 1980, la sabiduría convencional que informaba la actuación policial ante los sucesos de orden público era la del paramilitarismo: unidades entrenadas y equipadas militarmente con la responsabilidad especial de hacer frente con rapidez y eficacia a los brotes de desorden. La filosofía en la que se basaba la respuesta paramilitar sugería que el adiestramiento, la disciplina y la especialización que conllevaban garantizaban que la respuesta fuera lo más eficaz posible y lo más acorde con la tradición de "actuación policial imparcial por consentimiento".
El argumento de este libro, publicado originalmente en 1990, demuestra lo contrario: no sólo que la imparcialidad de la policía era quimérica y que el mantenimiento del orden por consentimiento era un punto de vista que no incluía el consentimiento de los vigilados rutinarios, sino que el paramilitarismo, lejos de ser lo más eficaz posible, contribuyó sustancialmente al mismo problema que pretendía minimizar. Las pruebas de este argumento se extraen de: análisis concretos de una serie de sucesos de desorden público -políticos, industriales y sociales-; una mirada comparativa a trabajos similares en EE.UU.
y Australia; y un importante trabajo de campo de observaciones y entrevistas realizadas con un grupo de patrullas especiales de la policía y sus agentes supervisores. Jefferson argumenta además que hay que buscar soluciones para el mantenimiento del orden público haciendo que la policía sea políticamente responsable, garantizando que dicha responsabilidad sea también justa (de acuerdo con el punto de vista de los vigilados de forma rutinaria) e invirtiendo la deriva hacia el paramilitarismo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)