El camino de Damasco: Transformación para el siguiente nivel

Título original:

The Road to Damascus: Transformation for the Next Level

Contenido del libro:

El Camino a Damasco: Transformación para el siguiente nivel es un viaje emocionante y poderoso a través del cual los creyentes mesiánicos y los cristianos pueden llegar a comprender y experimentar la importancia de la transformación continua en nuestro caminar con Yeshua (Jesús). El Padre envía al Mesías a cada uno de nosotros una vez para llamarnos de la oscuridad a la luz de una relación verdadera y duradera con Él. Sin embargo, Él continúa enviándonos al Mesías para transformarnos a Su imagen.

La transformación del emisario Sha'ul (Apóstol Pablo) comenzó en el camino a Damasco, pero no terminó allí. Él fue continuamente transformado a través de una vibrante e íntima relación con el Mesías. Como hijo devoto y erudito de Isra'el y emisario a los gentiles, Sha'ul es un excelente ejemplo, tanto para judíos como para gentiles, de entrega a la voluntad del Mesías y de transformación a Su imagen. En El camino de Damasco, la perfección divina de la primera experiencia transformadora de Sha'ul, revelada en Hechos 9:1-22, sirve de modelo a los creyentes sobre la importancia de la transformación continua en todos los ámbitos de nuestra vida.

En el camino a Damasco, Sha'ul creía que se dirigía al éxito, a las recompensas de los hombres y de Dios, y a la realización personal. Como él, nosotros no podemos ver la destrucción que nos espera a menos que Yeshua nos la señale. Hemos sido entrenados toda nuestra vida para ver sólo lo que queremos ver, igual que Sha'ul. No es hasta que Dios usa la Luz del Mundo para llamar nuestra atención que tenemos la oportunidad de ver y aceptar la verdad: nuestros pecados nos llevan a la muerte, a la separación de Él eternamente y a la muerte en todas sus formas aquí en la tierra.

El Mesías es la señal de desvío en nuestro camino a Damasco, también conocido como destrucción. Dios usa a Yeshua (Jesús) para ayudarnos a dar un giro de 180 grados en este camino y caminar hacia la vida, vida para siempre en Su presencia y vida en toda su plenitud en esta era. Los tiempos cambian, la gente cambia, pero Dios no cambia. Su voluntad para con nosotros es la misma que cuando envió a Su Hijo a morir por nuestros pecados: desea que nadie se pierda.