El aumento de la desigualdad en el ocio, 1965-2005

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Título original:

The Increase in Leisure Inequality, 1965-2005

Contenido del libro:

Estudios recientes documentan un aumento de la desigualdad de ingresos en Estados Unidos y, en particular, una brecha cada vez mayor entre los trabajadores estadounidenses con mayor y menor formación. Pero los ingresos no son la única medida de la prosperidad.

La cantidad de tiempo que los estadounidenses dedican al ocio también es crucial para comprender el bienestar de los estadounidenses, los cambios en el bienestar a lo largo del tiempo y las diferencias de bienestar entre los ciudadanos. Esta monografía, meticulosamente investigada, examina las tendencias de la desigualdad en el ocio para presentar una imagen más completa de la prosperidad en Estados Unidos. Utilizando datos que abarcan cuarenta años y decenas de miles de encuestados, Mark Aguiar y Erik Hurst tratan de responder a varias preguntas clave sobre la desigualdad en el ocio: ¿Cuánto ha aumentado o disminuido el tiempo libre del estadounidense medio en las últimas décadas? ¿Qué aumentos o disminuciones del tiempo libre se observan en grupos con distintos niveles de educación y en qué medida las diferencias educativas en la situación laboral explican estos cambios? Es decir, si los trabajadores con un nivel educativo relativamente bajo tienen menos probabilidades de estar empleados hoy que hace veinte años, ¿explica esto un aumento de su ocio en relación con los trabajadores más formados? Aguiar y Hurst concluyen que el tiempo de ocio del estadounidense medio ha aumentado unas cuatro horas a la semana desde mediados de los años sesenta.

Por otra parte, la brecha de ocio entre los menos y más educados se ha ampliado, ya que el tiempo de ocio ha aumentado en ocho horas para los estadounidenses sin diploma de secundaria y ha disminuido en seis horas para los estadounidenses con educación universitaria. ¿A qué se debe esta desconcertante divergencia? Comprender las fuerzas que impulsan la creciente desigualdad en el ocio podría tener importantes implicaciones para la política de empleo estadounidense.