El auge del feminismo neoliberal

Título original:

The Rise of Neoliberal Feminism

Contenido del libro:

De Hillary Clinton a Ivanka Trump y de Emma Watson a Beyonc�, cada vez son más las mujeres de alto poder que se identifican descaradamente como feministas en los principales medios de comunicación. De hecho, en los últimos años el feminismo ha ganado cada vez más visibilidad e incluso urgencia.

Sin embargo, en su análisis de los manifiestos feministas más vendidos, los blogs de mamás más visitados y series de televisión como The Good Wife, Catherine Rottenberg revela que una variante particular del feminismo -que ella denomina feminismo neoliberal- ha llegado a dominar el panorama cultural, un feminismo que no está interesado en un movimiento masivo de mujeres ni en la lucha por la justicia social. Más bien, este feminismo ha introducido en el imaginario popular la noción de un feliz equilibrio entre trabajo y familia, al tiempo que ha transformado el equilibrio en un ideal feminista. Ahora se exhorta a las mujeres con aspiraciones a que se centren en cultivar un equilibrio feliz entre sus responsabilidades en la crianza de los hijos y sus objetivos profesionales, abandonando así objetivos clave que históricamente han informado al feminismo, como la igualdad de derechos y la liberación.

Rottenberg sostiene que, dado que el neoliberalismo lo reduce todo a cálculos de mercado, en realidad necesita del feminismo para resolver cuestiones espinosas relacionadas con la reproducción y los cuidados. A continuación, muestra cómo las mujeres de color y las mujeres pobres e inmigrantes suelen ser las cuidadoras no reconocidas que permiten a las mujeres profesionales luchar por el equilibrio, argumentando que el feminismo neoliberal legitima la explotación de la gran mayoría de las mujeres al tiempo que desarticula cualquier tipo de crítica estructural.

No es de extrañar, por tanto, que este nuevo discurso feminista haya encajado cada vez más con las fuerzas conservadoras. En Europa, Marine Le Pen y Geert Wilders han utilizado la paridad de género para promover agendas racistas y antiinmigrantes, mientras que en Estados Unidos se han invocado los derechos de las mujeres para justificar intervenciones en países con poblaciones mayoritariamente musulmanas.

Y aunque campañas como #MeToo y #TimesUp parecen estar cambiando el debate, dada nuestra aterradora realidad neoliberal, estos movimientos son actualmente insuficientes. Por lo tanto, Rottenberg concluye planteando preguntas urgentes sobre cómo podemos reorientar y reclamar con éxito el feminismo como un movimiento de justicia social.