Puntuación:
The Black Atlantic», de Paul Gilroy, reconfigura los debates históricos y culturales al examinar las experiencias de la diáspora negra desde una perspectiva transnacional. El libro explora temas complejos de identidad, cultura y comunicación influidos por la trata de esclavos en el Atlántico, haciendo hincapié en la importancia de la hibridez y los intercambios interculturales.
Ventajas:El libro ha sido muy elogiado por sus metodologías innovadoras y sus profundos conocimientos de la cultura política negra, la identidad y la historia de la diáspora africana. Los lectores aprecian el elocuente estilo de redacción de Gilroy, la iluminación de dinámicas complejas y la integración de diversas influencias intelectuales junto con atractivos relatos sobre figuras negras significativas. Se considera un texto clásico esencial para comprender la experiencia negra británica.
Desventajas:Algunos lectores consideran que el lenguaje y los conceptos utilizados en el libro son bastante complejos y difíciles, lo que puede requerir recursos adicionales como diccionarios. Además, la naturaleza académica del libro puede hacerlo menos accesible a un público general no familiarizado con el discurso académico en torno a la historia negra y los estudios culturales.
(basado en 14 opiniones de lectores)
The Black Atlantic: Modernity and Double-Consciousness
Afrocentrismo. Eurocentrismo. Estudios caribeños. Estudios británicos. Para las fuerzas del nacionalismo cultural acurrucadas en sus campamentos, este audaz gancho suena a llamada liberadora. Existe, nos dice Paul Gilroy, una cultura que no es específicamente africana, estadounidense, caribeña o británica, sino todas ellas a la vez, una cultura negra atlántica cuyos temas y técnicas trascienden la etnia y la nacionalidad para producir algo nuevo y, hasta ahora, inédito. Desafiando las prácticas y supuestos de los estudios culturales, The Black Atlantic también complica y enriquece nuestra comprensión del modernismo.
Los debates sobre el posmodernismo han arrojado una sombra pasada de moda sobre las cuestiones de periodización histórica. Gilroy se opone a esta tendencia argumentando que el desarrollo de la cultura negra en América y Europa es una experiencia histórica que puede calificarse de moderna por una serie de razones claras y específicas. Para Hegel, la dialéctica del amo y el esclavo era parte integrante de la modernidad, y Gilroy considera las implicaciones de esta idea para una cultura transatlántica. En busca de una poética que refleje la política y la historia de esta cultura, nos lleva de gira transatlántica por la música que, durante siglos, ha transmitido mensajes y sentimientos raciales por todo el mundo, desde los Jubilee Singers en el siglo XIX hasta Jimi Hendrix y el rap. También explora este internacionalismo tal y como se manifiesta en la escritura negra, desde la "doble conciencia" de W. E. B. Du Bois a la "doble visión" de Richard Wright, pasando por la convincente voz de Toni Morrison.
En un tour de force final, Gilroy expone los contornos compartidos de los conceptos negro y judío de diáspora con el fin tanto de establecer una base teórica para sanar las desavenencias entre negros y judíos en la cultura contemporánea como de definir con mayor precisión el tema central de su libro: que los negros han dado forma a un nacionalismo, si no a una nación, dentro de la cultura compartida del Atlántico negro.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)