El arte celta primitivo: De sus orígenes a sus secuelas

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Título original:

Early Celtic Art: From Its Origins to Its Aftermath

Contenido del libro:

Para muchos, quizá la mayoría, el título Arte celta primitivo evoca imágenes de cruces de piedra paleocristianas en Irlanda, Escocia, Gales o Cornualles; de Glendalough, Lona o Tintagel; del Cáliz de Ardagh o el Relicario de Monymusk; de los grandes evangelios iluminados de Durrow o Lindisfame. Pero, como señala Stuart Piggott, las obras de arte consumadas producidas bajo la égida de las primeras iglesias de Gran Bretaña o Irlanda, en regiones celtas por tradición o lengua, tienen tras de sí una ascendencia sólo parcialmente celta.

Una corriente de estilo ecléctico tomó prestado del ornamento del mundo germánico septentrional, del Mediterráneo clásico e incluso de las iglesias orientales. El arte celta primitivo, originado en el siglo V a.C. en Europa Central, tenía ya siete u ocho siglos de antigüedad cuando fue rastreado por última vez en el mundo prehistórico pagano, y la transmisión de algunos de sus modos y motivos a lo largo de otros siglos hasta la Edad Media cristiana fue un fenómeno aún más tardío. Este volumen presenta el arte de los pueblos celtas prehistóricos, la primera gran aportación de los bárbaros a las artes europeas.

Es un arte producido en circunstancias que el mundo clásico y las sociedades contemporáneas reconocen sin vacilar como incivilizadas. N. K. Sandars, en Prehistoric Art in Europe, ha dicho que su apariencia "es quizá una de las cosas más extrañas e improbables que han salido de un continente bárbaro. Su peculiar refinamiento, delicadeza y equilibrio no son en absoluto lo que cabría esperar de unos hombres que, aunque valerosos y no exentos de honor incluso en los registros de sus enemigos, eran también salvajes, crueles y a menudo repugnantes; pues los desechos arqueológicos, así como los informes de la Antigüedad clásica, coinciden en este veredicto".

Este libro constituye la primera gran exposición del arte celta primitivo, desde sus orígenes e inicios hasta sus secuelas, y ha sido recopilado por Stuart Piggott, que enseñó la prehistoria europea posterior a los estudiantes de Arqueología de la Universidad de Edimburgo, donde ocupó la cátedra Abercromy. Se jubiló de la cátedra en 1977, y en 1983 recibió la medalla de oro de la Sociedad de Anticuarios de Londres, así como la medalla Grahame Clark de la Academia Británica en 1992. Gracias a su conocimiento de la materia, ha hecho accesible un periodo oscuro pero fascinante de la cultura europea.