Puntuación:
El libro ha sido bien recibido por su perspicaz exploración del evangelismo y sus aplicaciones prácticas. Es especialmente elogiado por su profundidad académica y su utilidad en contextos ministeriales, aunque recibe algunas críticas por su parcialidad y complejidad.
Ventajas:⬤ Útil para entender el evangelismo
⬤ bueno para las clases de ministerio
⬤ información perspicaz
⬤ lectura placentera
⬤ excelente para la formación evangelística
⬤ pasos prácticos y eficaces para la evangelización de la iglesia
⬤ bien escrito desde una perspectiva experimentada.
⬤ Contiene un sesgo personal hacia la teología de la liberación
⬤ puede ser demasiado erudito y complejo para los novatos
⬤ algunos lectores consideraron necesario leerlo con precaución debido a su naturaleza académica.
(basado en 13 opiniones de lectores)
The Evangelistic Love of God & Neighbor: A Theology of Witness & Discipleship
Parece que hay tantas definiciones del término «evangelismo» como personas que lo definen. Para algunos, significa proclamar el Evangelio a quienes no lo han oído.
Para otros, significa hacer discípulos de Jesucristo. Para otros, significa trabajar por la transformación del mundo en el reino de Dios. Para otros, tiene que ver principalmente con la construcción de congregaciones vibrantes y sanas.
Subyace a esta confusión una incapacidad fundamental para situar la práctica de la evangelización dentro de las convicciones teológicas generales de cada uno. Nunca comprenderemos el papel que desempeñan en la evangelización la proclamación, la formación de discípulos, la edificación del reino y el crecimiento de la iglesia hasta que no nos hagamos una pregunta más importante: ¿Qué tiene que ver el evangelismo con quién es Dios? ¿Qué es lo que sabemos de Dios que hace que la evangelización sea una parte central de lo que significa ser cristiano? En esta completa teología de la evangelización, Scott J.
Jones propone fundamentar la práctica de la evangelización en la comprensión del amor de Dios por el mundo, tal como se manifiesta específicamente en la encarnación de Dios en Cristo. En Jesús, Dios asumió todo lo que significa ser humano.
Por ello, la evangelización debe ser un ministerio dirigido a toda la persona. Las distinciones típicas entre la captación de almas, la acción social y el crecimiento de la iglesia se evaporan; la conversión individual y los actos de misericordia forman parte del mismo ministerio de llevar a las personas más plenamente al reino de un Dios amoroso.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)