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God's Love for Us and His Remedy for Our Sins
Cuando éramos niños, no solíamos comprender que las normas que nuestros padres nos imponían nacían de su amor por nosotros. Lo que es cierto para los padres también lo es para Dios. Las reglas que Dios nos ha dado, los Diez Mandamientos, no sólo nos son dadas porque Él nos ama, sino que también son un trasunto de Su carácter. Al obedecer la ley de Dios, iniciamos el camino para llegar a ser como Él.
La gran mayoría de las personas, cristianas o no, estarán de acuerdo en que algunos de los Diez Mandamientos siguen siendo válidos: no matar, no robar, honrar a los padres, ser fiel al cónyuge. La mayoría de los cristianos reconocen que nueve de los Diez siguen siendo válidos. Pero, ¿qué hay del otro, el cuarto? ¿Seguimos obligados a cumplir el cuarto mandamiento? ¿Por qué el único mandamiento que Dios comienza con la palabra "acuérdate" es el que mucha gente quisiera olvidar?
Entre estas tapas encontrará una respuesta clara, concisa y bíblica a estas preguntas. El autor expone en forma lógica la evidencia bíblica de que la ley de Dios, incluido el cuarto mandamiento, se guardó -y se pretende que se guarde- desde el Edén hasta la eternidad. La única pregunta que tendrá al final del libro será: ¿honraré a Dios guardando sus diez mandamientos, o no?
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)