El alma democrática: Spinoza, Tocqueville y la teología de la Ilustración

Título original:

The Democratic Soul: Spinoza, Tocqueville, and Enlightenment Theology

Contenido del libro:

En The Democratic Soul, Aaron L. Herold sostiene que la crisis actual de la democracia liberal -de polarización extrema, populismo creciente y desilusión con las instituciones políticas- debe entenderse como la culminación de una insatisfacción más profunda con la Ilustración liberal. Elementos importantes tanto de la izquierda como de la derecha rechazan ahora el énfasis de la Ilustración en los derechos por considerarlo teóricamente infundado y moralmente indeseable, y han tratado de recuperar una política de obligación contrastada. Pero esto ha reabierto cuestiones sobre la relación entre política y religión que se creían resueltas.

Para abordar nuestra situación, Herold examina el pensamiento político de Spinoza y Tocqueville, dos autores unidos en apoyo de la democracia liberal pero con valoraciones distintas de la Ilustración. A través de una lectura original del Tratado teológico-político de Spinoza, Herold descubre el fundamento teológico de la democracia liberal: una enseñanza moral integral que rehabilita el interés propio humano, denigra la "devoción" como reliquia de la "superstición" y cultiva el orgullo de vivir, actuar y pensar por uno mismo. En su visión política, Spinoza articula nuestras mayores esperanzas para el liberalismo, pues confía en que tal perspectiva producirá tanto el florecimiento intelectual como una paradójica recuperación de la comunidad.

Pero el proyecto de Spinoza contiene tensiones que siguen perturbando la democracia actual. Como muestra Herold a través de una nueva interpretación de La democracia en América, de Tocqueville, las insatisfacciones que ahora desestabilizan la democracia tienen su origen en el fracaso de la Ilustración a la hora de encontrar un lugar para los anhelos religiosos cuya existencia negaba en gran medida. En particular, Tocqueville describió un deseo humano natural de un tipo de felicidad que se encuentra, al menos en parte, en el autosacrificio. Dado que la modernidad debilita la religión precisamente cuando hace que la democracia sea más fuerte que el liberalismo, permite que este deseo encuentre nuevas y peligrosas salidas. Tocqueville trató así de diseñar una "nueva ciencia política" que pudiera rectificar este problema y que, por tanto, sigue siendo hoy indispensable para recuperar la moderación que falta en la política contemporánea.