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Spiritual-Busyness from Surviving to Thriving
Crear una cultura mundial dinámica de la posibilidad.
De nuestro ajetreo diario, donde todos ganamos.
Y nuestros espíritus se eleven, para traer el cielo a la tierra.
Y todos los seres humanos experimenten la abundancia.
De alegría y felicidad por su trabajo diario.
Empecé este viaje de crear el modelo de Spiritual-Busyness hace treinta y cinco años, casi por accidente. No tenía la intención de crear un nuevo modelo de negocio dinámico que fuera demostrablemente sostenible para siempre. Un modelo que elimine el "ellos y nosotros" en nuestras comunidades y que tenga el potencial de acabar con la pobreza en nuestro mundo. Un viaje que me llevaría a presentarme a las elecciones federales en dos ocasiones por la introducción del modelo de creación de comunidades. Mi viaje comenzó como un negocio real para construir un refugio hexagonal contra incendios para ofrecer a sus propietarios y ocupantes un alto grado de seguridad en una situación de incendio forestal. Yo era un constructor local autodidacta, con una inclinación por la alta innovación. Fui miembro de mi CFA local (Country Fire Authority) en mi estado natal de Victoria. He asistido a muchos incendios forestales. Como todo el mundo sabe, Australia es propensa a sufrir incendios forestales desastrosos, al igual que gran parte del resto del mundo en lo que se ha dado en llamar cambio climático. El edificio era una joya, lo digo con toda humildad, y sigue siéndolo, un refugio magníficamente seguro y atractivo. En seis meses generé un interés de 25 millones de dólares por el edificio, que incluía al Ministerio de Educación de Victoria, que quería unas 160 unidades. El Ministerio se había pasado dos años haciendo I+D sobre su propio refugio y había ideado una caja rectangular con tejado plano. Mi hexágono era la mitad de grande, con tejado a dos aguas, pero podía unir dos formando un ocho.
El Ministerio envió un equipo de ingenieros y arquitectos para evaluar mi edificio. Llegaron a la conclusión de que era mucho más seguro que el suyo. En resumidas cuentas, yo podía construir las dos unidades por una cuarta parte del precio de su caja rectangular. Tenía un pequeño equipo de personas, principalmente mujeres, que me ayudaban a desarrollar y construir el edificio. El equipo trabajaba de forma voluntaria. El resultado de este intento en el mundo de los negocios me dejó técnicamente en bancarrota financiera a pesar de que el Gobierno del Estado de Victoria de la época me prometió una subvención para investigación y desarrollo, que nunca llegó.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)