Puntuación:
Eaarth», de Bill McKibben, explora las profundas repercusiones del cambio climático y la necesidad de que la sociedad se adapte a un planeta drásticamente alterado. El libro presenta tanto un examen aleccionador de las crisis medioambientales actuales como posibles estrategias para vivir de forma sostenible en esta nueva realidad. McKibben insiste en la necesidad de soluciones locales y de abandonar el crecimiento perpetuo para adoptar estilos de vida orientados a la comunidad. Aunque muchos lectores apreciaron su atractivo estilo de escritura y su humor, las críticas al libro incluyen la desorganización y la falta de soluciones concretas.
Ventajas:⬤ Un estilo de redacción atractivo que combina el humor con temas serios
⬤ ofrece valiosas perspectivas sobre la realidad del cambio climático
⬤ fomenta un cambio hacia una vida localizada y la resiliencia de la comunidad
⬤ informativo con gran cantidad de datos y ejemplos
⬤ inspirador y que invita a la reflexión
⬤ relativamente breve y fácil de leer.
⬤ Algunos lectores consideraron que la redacción era desorganizada y algunos argumentos incoherentes
⬤ se criticó la falta de soluciones detalladas y el énfasis excesivo en la localización
⬤ algunas estadísticas y afirmaciones se consideraron abrumadoras o mal fundamentadas
⬤ algunos lectores consideraron que un enfoque más estructurado podría mejorar la comprensión.
(basado en 196 opiniones de lectores)
Eaarth: Making a Life on a Tough New Planet
"Léalo, por favor. Hasta el final. Independientemente de lo que estuvieras planeando hacer a continuación, nada podría ser más importante". --Barbara Kingsolver.
Hace veinte años, con El fin de la naturaleza, Bill McKibben lanzó una de las primeras advertencias sobre el calentamiento global. Ahora, insiste, debemos reconocer que hemos esperado demasiado y que el cambio masivo no sólo es inevitable, sino que ya está en marcha. De repente, nuestro viejo y conocido planeta se está derritiendo, secando, acidificando, inundando y quemando como ningún ser humano ha visto jamás. Hemos creado, en muy poco tiempo, un nuevo planeta, aún reconocible pero fundamentalmente diferente. Podríamos llamarlo Tierra.
Ese nuevo planeta está lleno de nuevas ataduras y trampas. Defender un mundo cambiante cuesta grandes sumas: pensemos en el dinero que se gastó en reparar Nueva Orleans o en los billones que se necesitarán para transformar nuestros sistemas energéticos. Pero el interminable crecimiento económico que podría financiar tanta generosidad depende de la estabilidad del planeta que hemos conseguido dañar y degradar. No podemos seguir confiando en los viejos hábitos.
Según McKibben, nuestra esperanza depende de la reducción, de la construcción de sociedades y economías que puedan agazaparse, concentrarse en lo esencial y crear el tipo de comunidad (en el vecindario, pero también en Internet) que nos permita capear los problemas a una escala sin precedentes. El cambio, el cambio fundamental, es nuestra mejor esperanza en un planeta súbita y violentamente desequilibrado.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)