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Dynamo, Michael Somes A Life in The Royal Ballet
Michael Somes es el héroe anónimo del Royal Ballet, la dinamo que impulsó las representaciones como bailarín y pareja de Margot Fonteyn y como supervisor de las representaciones en los mejores años de la compañía.
Desde sus humildes comienzos, desafió los prejuicios imperantes contra los bailarines masculinos para convertirse en estrella y creador de estrellas, sirviendo al Royal Ballet durante más tiempo y contribuyendo a su desarrollo más que nadie, excepto su fundadora, Ninette de Valois. El Royal Ballet era su vida.
Somes nació en 1917, cuando el ballet pertenecía al exotismo extranjero e incluso una bailarina británica parecía imposible, por no hablar de que un inglés se convirtiera en bailarín de ballet. En 1934, tres años después de la creación del Vic-Wells (ahora Royal) Ballet, fue el primer alumno becado de su escuela. Sólo tres años después ya se creaban ballets para él, pero cuatro años de servicio en tiempos de guerra, que culminaron con una grave lesión, amenazaron con poner fin a su carrera.
En 1946 participó en el traslado de la compañía al Covent Garden, en aclamadas giras por la Europa asolada por la guerra, en un sensacional debut en Nueva York en 1949 y en triunfantes giras de costa a costa por Norteamérica.
Su maestría como pareja fue la base de la transformación de Fonteyn en una estrella internacional. Eran la gran pareja de ballet, la encarnación del glamour, aclamados en todo el mundo: en Australia y Sudáfrica les hacían reverencias como a la realeza, fueron embajadores culturales en Europa del Este en plena Guerra Fría y los primeros bailarines británicos en actuar en Japón. Bailaron ante cabezas coronadas y jefes de Estado y ante la élite de Hollywood y Broadway. Bajo la severa mirada editorial de Somes, Ashton creó obras maestras para ellos.
Como director adjunto del Royal Ballet en la década de 1960, durante los años dorados de la compañía, Somes nutrió de talento a todos los niveles, especialmente a Antoinette Sibley (que se convirtió en su segunda esposa) y Anthony Dowell, y desarrolló un cuerpo de baile de una perfección insuperable. Se describía a sí mismo como una "'esponja' y un 'cable telefónico'" a través de los cuales pasaba el tesoro de conocimientos que aprendió de los nombres legendarios del ballet del siglo XX, y consideraba que transmitir esos conocimientos era un deber y un privilegio.
Así nació la leyenda de Somes, el implacable defensor de las normas, de la disciplina férrea y de las iras impredecibles, pero rara vez se reconoce su infinita paciencia, amabilidad, generosidad y profunda preocupación por todos los miembros de la compañía. Somes era el alma y el centro moral del Royal Ballet.
En su vida se entretejieron las leyendas del ballet del siglo XX -Karsavina, Massine, Markova, Dolin, Balanchine, de Valois, Ashton, Fonteyn, MacMillan, Nureyev-, músicos como Constant Lambert y Adrian Boult, artistas como John Piper y Edward Burra.
A partir de cartas y diarios de Somes, hasta ahora inéditos, y de entrevistas con sus contemporáneos y sus mentores, Dynamo es un relato de primera mano de los éxitos y los fracasos, de las luchas cotidianas, las quejas y los desacuerdos cuando el ballet británico pasó de ser un grupo de bailarines en un teatro marginal de Islington, entonces fuera de moda, a convertirse en una compañía que desafiaba la supremacía del ballet en Rusia y Francia.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)