Dublin in the 1970s and the 1980s
La huella de Dublín creció de forma constante durante la década de 1970, con viviendas que transformaron el paisaje del oeste de la ciudad, especialmente en Tallaght, Clondalkin y Blanchardstown. Fue una época de cambios, en la que el dominio del centro de la ciudad se vio cada vez más desafiado por los centros comerciales suburbanos, a medida que los dublineses abrazaban la libertad que ofrecía el automóvil.
Los coches exigían más carreteras y más grandes, pero se comprendió que Dublín tenía que controlar estas demandas en lugar de acomodarse a ellas. La tendencia suburbana en materia de vivienda, comercio y empleo agudizó aún más el problema del declive y la decadencia del centro de la ciudad. Se habló mucho de lo que había que hacer, pero no se hizo gran cosa hasta los últimos años de la década de 1980.
Cuando se produjo el cambio, éste fue drástico y tanto la geografía social del centro de la ciudad como su aspecto se transformaron en menos de cinco años. Se prestó más atención al medio ambiente urbano, en gran parte porque ya no se podían evitar los problemas.
La pestilencia del Liffey fue por fin controlada tras más de un siglo de quejas y los dublineses tuvieron que despedirse de las chimeneas de carbón. Hay cosas que nunca cambian.
El problema de cómo gestionar la ciudad seguía siendo tan insoluble como siempre, a pesar de los importantes cambios introducidos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)