El deseo (appetitio) es la determinación espontánea de la fuerza de un sujeto por la representación de algo futuro, como efecto posible de esta fuerza. El deseo sensible habitual se llama inclinación.
El deseo sin aplicación de la fuerza a la producción del objeto es el deseo. El deseo puede tener por objeto cosas que el sujeto se siente personalmente incapaz de obtener, y entonces es vano (inactivo). El deseo estéril de poder anticipar el tiempo que separa el deseo de la posesión es la impaciencia.
El deseo que es indefinido en relación con el objeto, y que sólo lleva al sujeto a salir de su presunto estado, sin saber cuál tomar, puede llamarse deseo caprichoso (que nada satisface). Una inclinación poco o nada disciplinable por la razón del sujeto es la pasión.
El sentimiento de un placer o dolor actual, que no permite la reflexión (la representación racional de si debemos ceder a él o resistirnos), es emoción. Es siempre una enfermedad del alma estar sujeto a emociones y pasiones, porque en ambos casos la razón no tiene asidero.
Pero hay una diferencia esencial de calidad entre estos dos estados del alma, tanto en el modo en que se producen como en el modo en que se curan...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)