Drogas del amor: El futuro químico de las relaciones

Título original:

Love Drugs: The Chemical Future of Relationships

Contenido del libro:

¿Existe una píldora para el amor? ¿Y una «droga contra el amor» que nos ayude a olvidar a un ex? Este libro sostiene que algunas sustancias psicoactivas, como la MDMA (el principio activo del éxtasis), pueden ayudar a las parejas normales a superar las dificultades de la relación y reforzar su vínculo. Otras pueden ayudar a cortar una conexión emocional durante una ruptura.

Estas sustancias ya existen y tienen implicaciones transformadoras en nuestra forma de concebir el amor. Este libro defiende la investigación sobre las «drogas del amor» y las «drogas contra el amor» y explora sus implicaciones éticas para las personas y la sociedad. Escandalosamente, la medicina occidental tiende a ignorar los efectos interpersonales de las intervenciones farmacológicas.

¿Por qué seguimos sin conocer los efectos de estas drogas en las relaciones románticas? ¿Y cómo podemos revisar las normas de investigación científica para tener más en cuenta las relaciones?

Los éticos Brian D. Earp y Julian Savulescu afirman que ha llegado el momento de reflexionar sobre estas cuestiones.

Las intervenciones bioquímicas en el amor y las relaciones no son una especulación lejana. Nuestros vínculos más íntimos ya se ven influidos por drogas que ingerimos con otros fines. Se están realizando estudios controlados para ver si las sustancias químicas artificiales del cerebro pueden mejorar la terapia de pareja.

Y grupos religiosos conservadores están experimentando con ciertos medicamentos para sofocar los deseos románticos -e incluso las ganas de masturbarse- entre los niños y las minorías sexuales vulnerables. En pocas palabras, el caballo se ha escapado. De nosotros depende a dónde corra.

Love Drugs nos proporciona los últimos conocimientos científicos y un conjunto de herramientas éticas que podemos utilizar para decidir si este tipo de medicamentos deben formar parte de nuestra sociedad. O si nos conviene un romance químico.