Drake McGinn dio la espalda al hockey después de que la liga lo traicionara. ¿Serán los Titans su oportunidad para limpiar su nombre y recuperar la carrera que una vez amó? Después de tomar la decisión de divorciarme, mi ex mujer emprendió una campaña de desprestigio contra mí, diciendo a todo el que quisiera escucharla que yo apostaba en el hockey y tiraba los partidos.
No me sorprendió que mi ex mintiera, pero el hecho de que los medios de comunicación, la liga y los aficionados decidieran creer sus afirmaciones infundadas fue imperdonable. Me alejé de todo y nunca miré atrás. Me he asentado en la vida como padre soltero de tres niños y estoy contento.
Tengo más dinero del que pueda necesitar y mucho tiempo para hacer lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera. Así que cuando Brienne Norcross, la dueña del equipo de los Pittsburgh Titans, se presenta en mi casa con una oferta de trabajo, no tengo ningún problema en rechazarla.
Pero la multimillonaria, con unos labios rojos pecaminosamente seductores y unos tacones de infarto que me pondrían los pelos de punta, no acepta un "no" por respuesta. Ahora tengo que encontrar el equilibrio entre el hockey, mis hijos y la química explosiva que Brienne y yo ya no podemos negar.
¿Un jugador de hockey descartado y la única mujer propietaria de un equipo de la liga? Se me ocurren un millón de razones por las que no podría funcionar, pero no me importa ninguna de ellas. Empieza el juego.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)