Dominio de la simulación, segunda edición: Manual para el éxito

Título original:

Mastering Simulation, Second Edition: A Handbook for Sucess

Contenido del libro:

Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en la atención sanitaria es cómo educar y formar a los profesionales sanitarios sin poner en peligro a los pacientes, sobre todo cuando enseñamos a tratar situaciones de alto riesgo, como códigos, atención traumatológica, dolor torácico o shock anafiláctico, en las que cualquier retraso en el tratamiento pone en peligro el resultado. A menudo, los nuevos profesionales sanitarios acceden a su profesión sin haber visto nunca -y mucho menos haber adquirido experiencia- muchas situaciones de pacientes de alto riesgo/bajo volumen.

El uso de la simulación está creciendo exponencialmente en entornos académicos y de servicios. La simulación puede permitir a los estudiantes, a los recién graduados y a los clínicos experimentados desarrollar la competencia clínica y la confianza en la atención a los pacientes en un entorno de aprendizaje que es cognitiva y emocionalmente realista y seguro para el alumno, y no compromete la seguridad del paciente o los resultados. La simulación puede aplicarse a muchas situaciones clínicas, muchas más de las que un alumno puede experimentar en un entorno clínico real. Las actividades de simulación no tienen por qué estar limitadas a una profesión, un momento o un lugar. La simulación puede ampliarse para incluir la dinámica sistémica de la atención, el trabajo en equipo interprofesional y las consideraciones relativas a la tecnología y los equipos hospitalarios en cualquier punto del proceso de atención sanitaria.

En un entorno clínico, la simulación puede utilizarse para incorporar a los recién licenciados y al personal experimentado. La simulación también ofrece la posibilidad de evaluar objetivamente el rendimiento de los profesionales sanitarios basándose en un estándar de práctica bien definido. Muchas organizaciones evalúan cuidadosamente la competencia y el rendimiento del personal nuevo, pero -aparte de las ferias de habilidades anuales- hacen poco por garantizar que el personal existente siga cumpliendo las normas de la práctica y siga los procesos y protocolos basados en la evidencia y en las mejores prácticas. Por lo general, para renovar la licencia médica o de enfermería basta con pagar una cuota y completar los programas de formación continua, pero no con demostrar que se sigue siendo competente. La simulación puede servir para el desarrollo continuo del personal y los educadores. Aunque hoy sabemos mucho más sobre la formación sanitaria que hace 20 años, todavía queda mucho por descubrir. La investigación modifica la práctica asistencial casi a diario. La simulación puede utilizarse para mejorar la capacidad de una organización de garantizar que todos sus profesionales clínicos mantengan su competencia. Saber no es hacer. La simulación puede demostrar la aplicación satisfactoria de los conocimientos. Cada vez hay más pruebas de que la simulación es eficaz para desarrollar, evaluar y mejorar el rendimiento de los equipos sanitarios.