Dog Company: Una historia real de soldados americanos abandonados por su alto mando

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Título original:

Dog Company: A True Story of American Soldiers Abandoned by Their High Command

Contenido del libro:

Ahora con un prólogo de Sean Hannity

El Ejército no quiere que usted lea este libro. No quiere hacer publicidad de su sistema de detención que mima a los combatientes enemigos mientras pone en peligro a los soldados estadounidenses. No quiere revelar la nueva ética de guerra del Pentágono que persigue a soldados e infantes de marina estadounidenses mientras deja libres a espías que matan a estadounidenses.

Este mismo sistema tendió una emboscada al capitán Roger Hill y a sus hombres.

Hill, graduado en West Point y veterano de combate condecorado, era un joven oficial en ascenso que siempre había seguido la letra de la ley militar. En 2007, Hill consiguió el trabajo de sus sueños: comandante de infantería en la célebre 101ª Aerotransportada. Su nueva unidad, la Compañía Dog, 1-506, acababa de regresar del infierno de Ramadi. Los hombres eran brillantes en combate, pero poco pulidos en casa, donde el papeleo y las inspecciones llenaban sus días.

Con amor duro, Hill y su sargento primero, un antiguo instructor de la vieja escuela llamado Tommy Scott, convirtieron a la compañía en la de mayor rendimiento del batallón.

Hill y Scott condujeron entonces a la Compañía Dog al combate en Afganistán, donde un tercio de sus hombres se convirtieron en bajas en el campo de batalla tras sólo seis meses. Mientras tanto, Hill se encontró en guerra con su propio comandante de batallón, un hombre carismático pero difícil que amenazaba con relevar a Hill en todo momento.

Tras la muerte de dos de sus hombres en una patrulla rutinaria, Hill y un equipo de contrainteligencia descubrieron a una docena de infiltrados enemigos en su base de la violenta provincia de Wardak. Abandonado por su alto mando, Hill se enfrentó de repente a una elección insoportable: seguir las reglas del Ejército como siempre lo había hecho, o condenar las reglas a su propia destrucción y proteger a los hombres que había llegado a amar.